Recientemente viajé en un vuelo no regular de Iberia, Menorca-Pamplona, en un viaje del Imserso (unas 100 personas), en las que todas éramos residentes en Navarra. Durante la maniobra de despegue, se nos informó de las instrucciones a seguir en caso de emergencia, primero en castellano y luego en inglés. Ya durante el vuelo y la aproximación a Noáin, las informaciones que nos dio la asistente de vuelo fueron en castellano, inglés y euskera. Cuando al bajarme del avión, felicito a la azafata por usar el euskera también, me lo agradece y me dice que de todas formas, en ese mismo vuelo, ha recibido quejas por este mismo motivo. Yo, muy sorprendido, volví a felicitarla, como no podía ser de otra forma.
Quizás deba complementar esto, diciendo que yo no sé euskera, como tampoco sé inglés. Hasta aquí unos hechos y ahora me permito unas preguntas, quizás retóricas. ¿De verdad se extralimito la azafata, usando el euskera, (como tercera alternativa) en ese viaje a una comunidad en la que el euskera y el castellano son idiomas cooficiales? ¿Qué especie de niebla densa oscurece nuestra razón? ¿Hasta dónde podemos llegar en nuestra intransigencia? Creo va siendo ya hora de que vivamos y dejemos vivir, que cada uno podamos expresarnos como mejor sepamos y nos guste y ojalá todos pudiéramos hablar en inglés, euskera y 100 idiomas más; eso solo sería signo de cultura y libertad.