El dulce no hacer nada. Los italianos tienen una expresión gloriosa: Il dolce farniente. El dulce no hacer nada. Esto vale tanto para una tarde de nieves como para un tórrido mes de agosto. Es una lección que hay que aprender en este mundo absurdo en el que vivimos o nos están intentando hacer vivir. En el canto hermoso y estremecedor de la vida no caben las prisas que nos intentan imponer; y lo consiguen. Los hay enfermos de trabajo. Muchos. Por el contrario hay pocos, muy pocos, enfermos de amor. Il dolce farniente te enseña que a la vida no le enseña nadie y que no hace falta ir corriendo a trabajar o de fiesta gritando, como si fuera un funeral de risas no de llanto, como entierran lo árabes a sus muertos. Disfrutar del dulce no hacer nada en las vacaciones y fuera de ellas es lo contrario a marchitarse a fuego lento.

Ondo pasa eta gutxi gasta. Pásalo bien y gasta poco.