Sería interesante conocer si Greta, la valiente adolescente sueca, preferiría un río cuidado o abandonado, con agua o sin agua, con fauna o carente de ella, con una presa medieval destrozada o recuperada, con actividades saludables, respetuosas y deportivas, o bien su cauce desertizado. Es de temer que Greta se llevase un pequeño disgusto ante el deprimente espectáculo del Arga en la Rochapea de Pamplona.