Es curioso y sorprendente cómo en tan poco tiempo se ha conseguido que todo el mundo esté hablando de lo mismo. ¡¡Del coronavirus!! Se hacen chistes, recomendaciones, reflexiones.... La mía es ésta: que esto que parece un mal tan grave para la salud y la economía puede tener muchas cosas buenas. En estos quince días sin salir de casa será cómo un remanso de paz. No habrá robos, mujeres asesinadas, violaciones, engaños, dinero gastado en casas indebidas y tantas y tantas cosas que, aunque no nos enteremos, se hacen. Y no digamos nada de las guerras y los refugiados. ¿Qué harán con ellos? Viven codo con codo... Si en estos quince días los responsables de las naciones encontrasen tiempo para pensar que el petróleo y las armas son el motivo de tanta muerte y desgracias, si les llevase a pensar cómo sería un mundo en paz y se animaran trabajar por ello, tendríamos que gritar ¡¡viva el coronavirus!!. Yo la primera, aunque me lo coja.Poco podemos hacer nosotros para que haya paz en todo el mundo, pero, quizá, reflexionando estos quince días podamos hacer mucho para conseguirla en nuestro entorno.