Al parecer el Gobierno pretende crear una Oficina Ética que pueda regular y/o controlar a los diputados y senadores en sus reuniones, visitas y otras funciones que puedan realizar fuera de estas sedes (Congreso y Senado), se pretende impedir que reciban regalos y donaciones que sobrepasen los 150 euros y que puedan hacer gestiones para ayudar, enriquecer o dar información privilegiada a personas y entidades o empresas. A mí, en principio, esta Oficina Ética me parece bien porque en algunas otras ocasiones algunos diputados y senadores han tenido deslices o han pasado información a empresas con fines espurios, a cambio de favores a estas personas (diputados/senadores). También pienso que, al igual que han hecho en Italia, que han votado para reducir el número de estos (un 30%), también lo podrían hacer aquí ya que, según encuestas, tenemos casi 440.000 políticos, cuando en Alemania, Francia, Bélgica, Portugal, Austria, Holanda y otros muchos países de la Unión se apañan con bastantes menos (50%) y claro con esta cantidad tan ingente en España, los sueldos, coches oficiales, asesores, agregados, etcétera, la cuantía anual se dispara brutalmente. Si en otros países con relación al número de habitantes lo pueden hacer, aquí también, solo hace falta voluntad, austeridad y raciocinio. El dinero público hay que gastarlo muy bien, con mucho miramiento y para conseguir cosas beneficiosas para el país y para el pueblo (sanidad, educación, viviendas sociales, dependencia y creación de empleo, etcétera). Por consiguiente, si se va a establecer esa Oficina Ética, que sea operativa al 100% y que se sepan los resultados. En este país y desde hace mucho, mucho tiempo, somos muy dicharacheros con lo público (con el dinero y con todo) y eso se tiene que acabar y controlar. ¡Ojalá y funcione, para bien de todos y todas!