Este jueves se me prohibió escribir al claustro porque, según dirección, soy alarmista. Hace unos días quise compartir con mis compañeros que no nos podemos relajar en esta pandemia, que hay muchas vidas en juego y las ventanas deben seguir abiertas. He expresado cómo el nuevo protocolo de Educación me parece algo de locos porque va en contra de todo lo que sabemos del virus. El director me amenazó con inspección y dijo que, si no estoy a gusto con cómo hacen las cosas, deje la plaza; echándome seguidamente del despacho de malas formas.Como los científicos más preparados en la materia vienen avisando, a falta de filtro, un estudio en la Universidad de Zaragoza ha demostrado que la ventilación debe ser constante y cruzada. No se pueden cerrar las ventanas. ¿Qué es lo importante aquí? ¿Con el frío se pueden cerrar las ventanas porque entonces el virus se tomará un descanso? La respuesta es ¡no! Hay tal desconocimiento estando tantas vidas en juego que creo que debemos reflexionar muy seriamente y exigir a la administración que sea responsable y que se informe.Estamos en mitad de una pandemia, una situación que posiblemente sea la más grave que vamos a vivir como sociedad. Están muriendo todos los días centenares de personas que no deberían morir. Por no hablar de los nocivos efectos secundarios que aún no se sabe si serán irreversibles en muchas personas. Parece que vivamos fuera del mundo y que no va con nosotros pero todos tenemos la responsabilidad de que esto afecte al menor número de personas posible, mientras no llegue la vacuna. ¡La renovación continua de aire es vital! El mayor contagio es por aerosoles, por el aire, no por contacto (no hay demostrado ni un solo caso). Nuestras vidas están en juego. Cuando esto sea historia, ¿habremos estado a la altura?