stá pesando esta situación sostenida de incertidumbre y dudas, de restricciones y autocontrol, de cierres y de encierros, de paralización y pasividad, de miedos y de sufrimientos. Esta pandemia está haciendo estragos en amplios sectores comerciales como la cultura, el arte, la hostelería, la restauración, el turismo, las agencias de viaje, las artes gráficas, el ocio, las actividades deportivas, el comercio, etcétera. Mucha gente está llegando al límite de su aguante, se van consumiendo los pequeños ahorros (cuando los hay), las ayudas o no llegan o dan para poco, los negocios o se abren a medias o se van cerrando. Como una grieta abierta en la pared de un depósito, va saliendo un chorro que, de no taponarse a tiempo, corre el riesgo de que lo vacíe y nos quedemos secos. Cada vez hay más gente en el paro, cada vez empieza a pesar más y más la situación y nos invade la tristeza.

Pasa también que en las crisis hay sectores que salen no solamente airosos, sino fortalecidos. Hay sectores que están trabajando más que nunca o al menos mucho, sectores como el de la alimentación, el de la farmacéutica, el de la salud, el de la rehabilitación energética, el audiovisual, el del comercio electrónico, la logística, las nuevas tecnologías, etcétera. Mucha de esta gente se está enriqueciendo, por lo que será necesario pedirles su contribución al levantamiento de la sociedad, ya que sin un equilibrio y una redistribución, la bonanza les durará bien poco. Si una parte importante de la sociedad deja de poder consumir, la otra parte dejará de poder ingresar.

Como otra mucha gente, reconozco que de momento me pilla en medio, es imposible mi enriquecimiento económico aunque trabaje más y espero que mi aportación siga siendo necesaria. Yo me alegro de las personas que les va bien, claro que sí, tan solo espero que inviertan aquí, entre su gente y para la gente que les ha, les hemos, posibilitado su bonanza.

Cuando hablas con los paganos de esta crisis, la angustia es terrible, no sabes qué decir, es difícil encontrar las palabras de consuelo y de ánimo, por mucho que uno sea empático no se puede poner en el lugar del que sufre, quizás presientes cosas, pero no es lo mismo. En ese momento dar ánimos, fuerza hablando, se torna en un acto imposible, ya que su dolor y pesar generalmente te atenaza y bloquea cualquier posible respuesta. Es cuando te quedas solo, sola, cuando mentalmente repasas lo oído y te empiezan a fluir las palabras y para eso está la poesía, para recogerlas y luego poder lanzarlas para que cuando se lea, consuele. Aquí va mi pequeña píldora poética que espero algo ayude a sanar:

Volverá el esplendor

Podrán las circunstancias

amargarme la vida

arrebatarme parte de ella

noquear mi vitalidad

paralizar mi rutina

pero no lograrán extinguir

mi esperanza.

Porque así como el invierno

deja al tilo desnudo

despojado de sus propiedades

sabe y por tanto espera

que una próxima primavera

suturará sus heridas

y le devolverá su esplendor

si no igual al perdido

sí de similar belleza

para volver a sentirse útil

con su sombra y su esencia.

Cada vez hay más gente en el paro, cada vez empieza a pesar más y más la situación y nos invade la tristeza

Me alegro de las personas que les va bien, claro que sí, tan solo espero que inviertan aquí, entre su gente