Nadie olvida qué comenzó el 14 de marzo de 2020. De cómo todo cambió. Se decretó un estado de alarma en el que tuvimos que mantenernos en casa durante 98 días. Por nuestra salud y la de toda la sociedad. Se clasificaron los trabajos por esencialidad. Ahí estuvieron el colectivo sanitario, de limpieza, transportista, supermercados… y otros tantos que, como nosotras, también han sido esenciales e invisibles. El profesorado se quedó en casa, haciendo malabares para seguir atendiendo al alumnado, pero quienes educamos en recursos sociosanitarios fuimos esenciales. Nos referimos a los recursos residenciales de protección de menores. No somos muy conocidas y no nos hemos presentado. Somos COA, Centro de Observación y Acogida de urgencia de Navarra para adolescentes en situación de conflicto: en momentos peliagudos. Ubicados en Ilundain y Zizur, 38 profesionales atendemos a adolescentes que residen en ellos, es decir, en su casa. Esta situación les convierte, de facto, en personas convivientes y, en consecuencia, tienen derecho a no utilizar mascarilla de forma continuada en los espacios comunes. Obviamente, esta condición no afecta al equipo de profesionales que interviene durante su jornada laboral. Durante este tiempo, hemos continuado nuestra acogida de urgencia y, además, se han derivado a nuestro centro un número importante de usuarios positivo en covid-19 dada la situación de conflicto que viven. Esta medida busca garantizar el cumplimiento de las medidas de confinamiento y que los recursos que les atendían no podían asumir. De esta forma, hemos combinado el acogimiento residencial con esta particular atención sanitaria, desde personal formado en el ámbito socioeducativo.Al comienzo, asumimos los riesgos utilizando y reutilizando EPI, aceptándolo como parte de la situación sanitaria. Empezamos a ver la luz con la ansiada vacuna; pero en esta vida todo tiene un orden. Y la esencialidad y el riesgo de contagio es lo que manda.Todavía hoy, día 15 de abril, ninguna persona de la plantilla ha recibido ni una sola dosis de la vacuna. ¿Ya no somos esenciales? ¿No es suficiente el riesgo de contagio? ¿En cuántas otras residencias está pasando lo mismo?Somos conscientes de la naturaleza de nuestro trabajo. De cómo en otros recursos de urgencia tenemos que “estar preparadas para todo”, pero eso también implica que tengamos que estar protegidas para todo. Queremos sentirnos cuidadas por la Administración, por el Gobierno de Navarra, último responsable de nuestro servicio. Solamente sintiéndonos seguras transmitiremos seguridad y una atención de calidad. ¿Por qué hemos vuelto a ser invisibles?

Firman este artículo: Ezequiel De Los Santos, Mirian Gorospe, Soraya Iduriaga, Asier Mújika, Susana Navarro En representación de toda la plantilla de COA (Centro de Observación y Acogida de urgencia de Navarra para adolescentes en situación de conflicto)