Mis felicitaciones a todas esas mentes pensantes y cero empáticas que gestionan nuestra salud y por consiguiente nuestras vidas. No solo los dependientes severos o simplemente personas con problemas serios de salud -que no tienen la etiqueta estipulada por la administración- seguimos quedándonos en el limbo en el que estábamos, sino que ahora nos abocan a quedarnos encerrados en casa o a ponernos una escafandra de esas que llevan los buzos si queremos salir de ella.Como bien celebra la sociedad en general, ya no va a ser obligatoria la mascarilla en la vía pública -de lo cual me alegro, porque eso significa que estamos más cerca de doblegar a ese virus que, no olvidemos, aún habita entre nosotros- pero, para el colectivo de los invisibles a las instituciones eso significa que todavía vamos a tener que extremar más, si cabe, nuestras medidas de prevención. Porque, ¿por cuánto han calculado que se multiplica el riesgo de contagio para las personas vulnerables sin vacunar cuando se cruzan por la calle con una persona sin mascarilla? ¿A que eso no lo han hecho...? Eso imaginaba. Así que, ya me dirán ustedes cómo lo hacemos... ¡Bah! que como somos unos pocos y el bicho ya no está tan presente da igual? ¿no? Un año y cuatro meses, señores y señoras, es lo que llevamos teniendo cuidado extremo y en vez de mejorar empeoramos nuestras condiciones de vida. ¿Tienen respuesta para esto? Según su plan estratégico de vacunación a mi hija no le tocará la vacuna hasta el final del verano por edad, que no por su mala salud. Les invito a que pasen 24 horas con nosotras y juzguen por sí mismos. Otra cosica, y esto para que vayan tomando conciencia y no digan que les pilla de nuevas en la próxima eventualidad de este tipo, ¿les ha servido esta pandemia para aprender algo o en la próxima emergencia sanitaria algunos de los más desfavorecidos volveremos a ser los últimos de la sociedad? Vayan tomando nota y al menos dótennos de esa etiqueta burrocrática necesaria para no hacernos volver a pasar por todo este infierno. Hemos avanzado en la lucha contra la pandemia, es cierto, pero ¿cuánto en el sector de las personas más desprotegidas? La proporción es escandalosamente desfavorecedora.En fin, disfruten de sus vacaciones, si sus conciencias se lo permiten -ya sabemos que en Pamplona en julio se acaba el mundo y ya estamos en tiempo de descuento para que rectifiquen en su gestión-. Nuestro colectivo gracias a ustedes no podrá hacerlo libremente.

*La autora es la Madre de Ixchel Mariezkurrena