a sociedad, la clase trabajadora y quienes peor lo están pasando no nos perdonarían que quienes les representamos nos atasquemos en el no, y evitemos impulsar medidas que mejoran de forma clara la calidad de vida de las mayorías sociales.

Acabamos de firmar el Plan de Empleo para Navarra y eso es algo positivo, ya que este es un acuerdo que nace en una situación de pandemia, pero que apunta al mañana.

En los contextos difíciles, escuchar y compartir resulta imprescindible. La crisis que vivimos tendrá múltiples consecuencias; en lo sanitario, en lo social, en lo económico y en lo laboral. Por eso, reflexionar y acordar con quienes trabajamos en esos ámbitos es obligado. Ese es el sentido del diálogo social entre los sindicatos, patronales y gobiernos.

En este contexto tan delicado, la política tiene que ser útil y ágil, se trata de acertar con las medidas y aprobarlas cuanto antes y sobre todo se trata de tener sentido de sociedad. Por eso este Plan de Empleo es el que mayor dotación económica tiene de todos los que se han aprobado, por eso este Plan de Empleo es el más concreto entre los planes que se han desarrollado. El del diálogo social es un espacio de deliberación y decisión necesario, que ayuda a mejorar la calidad de vida de las mayorías sociales, a democratizar las decisiones que toman los gobiernos y a evitar, como en el pasado, las decisiones unilaterales que recortan derechos.

Un plan como el aprobado por el Gobierno de Navarra, CEN, COO y UGT supone una hoja de ruta, un guión que ayuda a darle coherencia, ritmo, consistencia y transversalidad a las políticas públicas a favor del empleo, y esa oportunidad es la que hemos aprovechado.

Hay cuestiones importantes del mercado laboral navarro que tenemos que corregir; la alta siniestralidad, las brechas de género en salarios, pensiones y parcialidad o la alta eventualidad también en la administración pública son cuestiones a abordar.

Durante estos últimos años, hemos sufrido inmunerables cierres de empresas, y en algunas ocasiones estas decisiones se tomaban sin tener en cuenta la realidad laboral de la zona y lo que es peor, a veces esas decisiones las tomaban empresas que habían tenido una fuerte ayuda pública. Por eso en este Plan de Empleo hemos querido reivindicar de forma clara que las ayudas públicas tienen que tener un retorno social en el empleo.

Los datos de accidentes de trabajo en Navarra son los peores de toda España. Nuestro índice de incidencia crece por encima de la media estatal y cada año tenemos que lamentar varias muertes en el trabajo. Por eso un reto importante para el futuro es el de reforzar la cultura de la prevención en la empresa y mejorar la formación en esta materia.

También hemos considerado imprescindible recoger medidas en materia de igualdad ya que las empresas tienen que desarrollar el registro salarial y los Planes de Igualdad. Son docenas las empresas que, derivado de los cambios en la ley, van a tener la obligación de aprobar un Plan de Igualdad y desarrollarlo. Por eso hemos contemplado un paquete importante de medidas en esta área.

La educación para el emprendimiento es ya hoy una necesidad evidente en Navarra. La transición ecológica, la adecuación de nuestro tejido empresarial a las nuevas demandas y el reforzamiento de Navarra en un marco internacional competitivo se logra, entre otras cosas, fomentando el emprendimiento socialmente reponsable y dinámico.

Este Plan de Empleo es la hoja de ruta que hoy necesita Navarra para corregir algunas de las cuestiones más negativas de nuestro mercado laboral, afrontar las consecuencias sociales de esta crisis y preparar a Navarra ante los retos que vienen.

En las medidas consensuadas hay un buen diagnóstico y hay buenas iniciativas, ahora necesitamos que haya un desarrollo comprometido y ambicioso. Y sin duda CCOO será exigente para que, sobre todo, las medidas sociales se cumplan de forma urgente.

Nos debemos a la gente que peor lo está pasando, a aquella gente que espera de nosotros que aparquemos las dicrepancias. Los empleos precarios producen sociedades precarias y ese es un futuro que no queremos.

El autor es secretario general de CCOO Navarra