Da vergüenza ajena. El tono y la jerga estilo reality de ciertos periodistas en las noticias sobre el volcán de La Palma. Como si fuera un espectáculo o un festejo. Ellos pegados al drama y a la pérdida y con expresiones de alegría y orgullo por poder ponerse cuanto más cerca de la lava mejor. Hemos perdido el norte. Se está confundiendo el ser showman o tertuliano con el oficio de periodista. Ni código deontológico ni conciencia de lo que se es. Y de su importancia. La información no es entretenimiento. Triste y vergonzante praxis y deriva.