En estos tiempos en los que los presupuestos y las necesidades sociales que la clase política dice querer cubrir están continuamente en boca de los medios de comunicación, nos sentimos nuevamente con la obligación de denunciar públicamente que quienes gobiernan siguen anclad@s en lo mismo de siempre. Navarra ha multiplicado en estos últimos años su deuda pública por quince, y de los fondos europeos post-covid que se supone son para la reconstrucción social, 145 millones de euros asignados para Navarra se quieren dedicar a seguir construyendo el corredor navarro del TAV. Por si eso fuera poco, de los presupuestos del Estado que ahora se están discutiendo, 52 millones de euros, el 55,2% del total dedicado a Navarra, se proponen utilizar para pagar también la construcción del corredor navarro del TAV. Lo anterior, por supuesto, con la aprobación del Gobierno de Navarra y en nombre del interés general, aunque nunca se haya abierto un proceso participativo real y transparente para conocer cuál es el interés general. Como vemos, están obstinad@s y empeñad@s con el TAV, aunque como en muchos otros lugares, por ejemplo en la Y vasca, no hay ni un solo estudio que avale la rentabilidad social, económica o medioambiental del TAV (ver por ejemplo las conclusiones del Tribunal de Cuentas Europeo, el estudio de AIREF o los trabajos de los profesores de la UPV A. Kortazar, G. Bueno y D. Hoyos).Así que, en estos revueltos tiempos, si a alguien le quedara un haz de esperanza de que la situación mundial en general y la local en concreto iba a traer cambios en los espacios políticos de decisión, que sepa que a día de hoy, la prioridad siguen siendo los proyectos y las políticas basadas en la manera de pensar de tiempos pasados, esto es, la búsqueda de llenar el bolsillo continuamente y pasando por encima de lo que sea, y la vida en beneficio de una élite, en eso destaca el TAV. Tienen fijada la vista en el corto plazo, pero no en el presente ya que no hay consciencia del perjuicio que infraestructuras como el TAV producen en todo el sistema de vida. El resto de seres viv@s no importamos y qué decir de las próximas generaciones, menos aún. Por ello, y lamentablemente, nuestra vieja reivindicación sigue siendo aún fundamental: ¡¡Paralización del TAV ya!! Cuanto antes, mejor.