Existen muchas razones para apoyar la jornada continua en las escuelas de infantil y primaria.La jornada partida en las escuelas no es sino un mero reflejo de los horarios laborales tradicionales en España, un efecto de la resistencia de parte del mundo laboral y el comercio a incorporarse al modelo de jornada continua que se va imponiendo en todo el mundo. Las niñas y los niños son víctimas invisibles de las actividades de los adultos.La jornada partida puede favorecer la conciliación con los horarios de las familias, dan trabajo a los comedores, pero las niñas y los niños necesitan jugar más y estar menos tiempo sentadas/os, que, por desgracia, es como están la mayoría del tiempo en la escuela. La jornada partida, dejando a las niñas/os en el comedor y recogiéndolos por la tarde, viene muy bien para las familias que trabajan fuera. Pero, ¿es lógico que una/un menor esté ocho horas en el colegio? ¿Qué tiempo tienen entonces esas niñas/os para jugar? El juego es básico para el desarrollo emocional y social de las niñas/os. Si llegamos a casa a las cinco y media de la tarde (o más tarde si hay que desplazarse en coche), tenemos que hacer alguna tarea, hay que bañar, cenar... ¿Cuándo juegan? ¿Cuándo imaginan? ¿Cuándo estamos con ellos?Estoy de acuerdo en que el patio es el espacio de juego para las niñas y niños, y también es el lugar de interacción social para nosotros, las madres y los padres. Es cierto que ha perdido vida. Las salidas se realizan de forma escalonada y ya ha dejado de ser un punto de reunión. Pero este patio también está ahí por las tardes y lo de regresar a él ya es cosa de cada familia. La mayoría de las niñas/os tienen prácticamente todas las tardes ocupadas con actividades extraescolares y el patio, entonces, pasa a un segundo o tercer plano.No olvidemos que siguen siendo las necesidades de las familias, no de la infancia.Yo apuesto por el tiempo. Nuestra presencia es lo mejor que podemos ofrecer a nuestras hijas/os.