He visualizado perplejo y tristemente afectado el video que está circulando por las redes en las que aparecen unos adultos destrozando la camioneta del asesino de la perrica Duna en una suerte de justicia popular al peor estilo de Fuente Ovejuna y otras siniestras y oscuras páginas de la España negra. Además, es terrible, jaleando a menores a hacer lo mismo y premiando con caramelos a un crío que pincha las ruedas.

Sin ambages hay que decir que quienes han realizado esta acción y la han grabado se han puesto a la misma miserable altura que el cafre inhumano que mató a Duna. La ciudadanía sensata no podemos aplaudir estas barbaridades y estas acciones desaforadas. El asesino de Duna merece un castigo por lo que ha hecho y esperemos que caiga sobre él todo el peso de la Justicia de forma ejemplar y se sane de su enajenación. Una cualidad del ser humano es la de tratar con respeto y aprecio a todos los seres vivos, ya que por algo tenemos inteligencia y razonamiento. Y otra también es la de dejar la justicia en manos de quienes se supone están preparados para ejercerla.Espero también que haya una sanción para los que se han tomado la justicia por su mano porque ésto no es ejemplar y deja al buen pueblo de Noáin a la altura de Puerto Urraco. Y me consta fehacientemente que la mayoría de la ciudadanía de este pueblo sereno no está de acuerdo con esta imagen. ¡Por favor, serenidad y educación!