Hay quien dice que Banca ética es un oxímoron. El oxímoron es una figura literaria que consiste en la convivencia en una misma expresión de dos términos semánticamente contrarios, creando así un sentido absurdo, contra interactivo o a veces contrarios a la lógica, que destaca estéticamente. Suele ser utilizado en la poesía y algunas veces en el habla cotidiana. Hasta donde yo sé, nunca se había utilizado esta figura literaria en el lenguaje bancario.¡Malos tiempos para la lírica! Triodos Bank, Banca ética por excelencia, ha ido mucho más allá de utilizar la palabra ética como recurso literario utilizado en su marketing , metiendo a su clientela en un equívoco totalmente carente de estética y de ética.1. Vendiendo un producto CDAs como un producto de bajísimo, prácticamente nulo, riesgo cuando ha resultado ser un producto de riesgo 6 sobre 6.2. Haciendo un corralito de más de un año a sus clientes, inmovilizando el capital, aprovechando la pandemia como excusa.3. Anunciando una salida a bolsa en un plazo de 12 a 18 meses, habiendo una bajada del 30% del valor de las CDAs (¿solo a efectos fiscales?).Todo ello recurriendo a la ética de la trasparencia, la sostenibilidad, el ecologismo.Todavía leía la semana pasada en un diario digital un artículo titulado: "Banca ética, un modelo transparente, sostenible y necesario: La banca ética ha destacado durante la crisis como la salvación de empresas que recurriendo a la banca tradicional no habrían sobrevivido. Proyectos como Triodos, Microbank o Fiare Banca ética son la punta de lanza de un modelo financiero tan económicamente viable como necesario". Así, sigue el artículo alabando todas las bondades de un tipo de banca en la que todas las personas, pequeñas inversoras, creímos. Sin correr ningún riesgo y depositando nuestros pequeños ahorros, sin esperar nada a cambio, pensando que se utilizarían en proyectos sociales de alto valor ecológico, social, etcétera. Esos proyectos puede que sobrevivan, lo que no está tan claro es que sobrevivamos en esta crisis y otras que puedan sobrevenirnos si tenemos que echar mano a esos pequeños ahorros que habíamos guardado para por si acaso no nos llegaba con la pensión al final de nuestros días.Todo ello muy poco ético y muy poco poético. Solo se puede creer en la segunda parte del oxímoron: la ética. En los bancos no se puede creer.