En los últimos días estoy comprobando en diferentes situaciones muy cercanas la diversidad y dualidad de esta vida nuestra. El pasado domingo haciendo limpieza del trastero reuní varios artículos que van a ser destinados a un bebé en una segunda vida útil para esos objetos. Así mismo, me comunicaron el fallecimiento del padre de un amigo íntimo que mantengo desde la infancia. Hoy alguien cumple años y otros dejan de cumplirlos.Por otro lado, me hablaron de la posible separación de otras personas cercanas y me recordó un mensaje vía watshapp de una futura boda para este año que acabamos de inaugurar.Hay quienes compran una vivienda y venden otra, quienes se pasan a la automoción eléctrica o quienes acaban de estrenar un todoterreno de gasoil.Un compañero de trabajo se despidió de todos por su reciente jubilación tras treinta y dos años trabajando y un primo muy querido está, tras una intervención de urgencia en el hospital, de baja laboral hasta que se recupere.El viernes y el resto de la semana dieron positivo en coronavirus una familia entera de cuatro miembros, mientras que el mismo día salían del confinamiento un padre amigo y su hijo pequeño.La política en las diferentes versiones de sus dirigentes presenta un asunto de modo totalmente opuesto. Las redes sociales se llenan de opiniones por cualquier tema que resultan antagónicas.Ni que decir tiene cuando se habla de resultados deportivos, modos de juego o características de un evento donde cada aficionado defiende vehementemente su postura.Igual que los sentimientos que provocan en cada individuo representaciones culturales de cualquier tendencia: música, cine, cuadros o lecturas.En mi caso me está gustando mucho Últimos días en Berlín, de Paloma Sánchez-Garnica, pero me han comentado que les ha dejado fríos a otras personas. Hay amigos que aman hacer deporte, otros prefieren salir de marcha, cuando se podía, hay quien es firme objetor de la vacunación y quienes en cambio nos ponemos las vacunas que indican.Y nuestras emociones, ¿qué nos dicen cuando hablamos con la persona querida o cuando nos enfadamos con la misma persona?En definitiva, esto no es más que un ejemplo de la diversidad del comportamiento humano y de las propias características de nuestra vida.Tenemos una existencia única, y alguien como Juan Carlos Unzué nos recuerda en su libro Una vida plena que "la vida merece siempre la pena", y si nos fijamos en su ejemplo y en el de tantos otros que de diferentes maneras salen adelante (seguro que cada uno puede pensar en alguien cercano que sirve de estímulo), nos daremos cuenta que las diferencias nos hacen mejores personas, nos enriquecen, nos nutren, nos inflaman de sabiduría, nos abren la mente y nos llenan de perspectivas.