Las cosas no siempre se encuentran donde uno cree. Se dice que el poder reside en la fuerza, en los brazos del hombre que empuña el augusto fusil. Y así lo debe creer Putin. El aguila bicéfala ya se posa sobre la vieja Kiev, pero ¿es Rusia más poderosa que antes? ¿Está su poder acaso en la victoria o en los trigales de Ucrania? El poder, según dicen los sabios, es la capacidad que se tiene de influir en el comportamiento ajeno.De esta manera el poder es aparente en la fuerza de las armas, pero también en el de las palabras, las opiniones y los pensamientos. No en vano se dice que es la pluma más que la espada. A este poder secreto y titubeante que es tan poco aparente pero tan cierto, se lo llama poder blando y el poder marcial y económico no es más que el burdo poder duro que actúa.El mundo cambia y lo hace con el simple pasar de las horas, entre sol y luna actúan los poderes que todos ven pero nadie entiende, como leer en el estrecho hueco de las líneas en los libros de la Historia. Es pues, el cambio de nuestra era, el cambio del mundo polar de los Estados Unidos de América al mundo multipolar de los Estados Unidos, China, Rusia y los ladrillos del mañana.Entre las sendas a este fin, la fatalidad benigna, que es ya incambiable, está el gasoducto Nord Stream 2, que trae los gases de Rusia a la maquinaria siempre funcionante de Alemania. Las dos águilas, negras como el carbón de antaño, se abrazan pero la calva no agrada de su unión. Mas las dos en tal extrañas circunstancias se regodean y no la escuchan. Hasta que, ¡boom!, es el estruendo marcial, la trompa del dios Marte que ruge y tal estruendo no es benigno sino maligno pues hace que los que trataban ya no traten.El mundo multipolar de los ladrillos y la espesura se disuelve en los azares del destino y los que eran ya más fuertes y más grandes empequeñecen. Rusia gana tierras, gana montes y gana ríos, gana el mar Negro y donde Lukashenko era uno, ahora Lukashenko son dos. Pero Rusia pierde el futuro, pierde el poder oculto que no supo entender y pierde el arroyo del norte tomando las turbulentas aguas donde las rocas son más afiladas y las corrientes más tremebundas.Recemos los que sabemos porque el dragón no se confunda en los sinuosos afluentes del destino.