El señor Borrel, político fallido del socialismo español y el resto de los componentes del Parlamento europeo que generalmente suelen ser políticos venidos a menos en su país a los que se les ha ofrecido un dorado retiro, toman decisiones en nombre de sus países y también de los paisanos de esas naciones.Se toma como represalia al tirano ruso el boicot a los negocios de todo el pueblo ruso prohibiendo la compra de los carburantes de los que es deficitaria la Unión Europea que incluso en algunos países como Alemania supone un desastre para su economía por no haber opción para sus necesidades energéticas. Pero además, como vivimos en un mundo globalizado, las consecuencias para los demás países de este lado del atlántico son demoledoras , incremento del IPC cercano al 10% como no se había dado prácticamente en el siglo pasado después de las guerras mundiales, traslado de refugiados a países que ya de por sí tienen grandes bolsas de pobreza.Después de una pandemia que ha provocado una paralización de la actividad económica con incrementos inusitados de precios en transportes internacionales, falta se suministros y encarecimiento de materias primas, después de ello el impacto de las sanciones a Rusia nos coloca en un escenario de aguda crisis económica. Es evidente que cuanto más se agudiza el boicot a Rusia, mayores son las negativas consecuencias para las arcas europeas, que por cierto tienen a estas fechas una deuda pública y privada que no lo podrán pagar ni nuestros bisnietos. ¿A alguien se le ha ocurrido pensar que quienes son realmente los paganos de esta locura son las clases menos favorecidas, teniendo en cuenta que la inflación es sin lugar a dudas el impuesto de los pobres? Como dice el refrán cervantino: "El que escupe al cielo a la cara le cae".