El Parlamento Europeo se ha visto salpicado de sopetón por un caso de corrupción que ha afectado nada menos que a una de sus vicepresidentas, la socialista griega, Eva Kaili. La fiscalía belga, que dirige el caso, ha efectuado un total de 20 registros, incluidos 19 en domicilios particulares y uno en las oficinas del Parlamento Europeo en los que se incautaron varios cientos de miles de euros. Vamos conociendo a los corruptos y también están claros los corruptores: el Estado de Qatar tratando de influir en las decisiones de las instituciones europeas a su favor. Pensar que los 705 eurodiputados son inmaculados es tanto como creer que los niños vienen de París. Pero lo que es exigible es que los sistemas de control y fiscalización de los bienes y actividad de los parlamentarios funcione adecuadamente.

Ni el primero, ni el último

Es evidente que a medida que el Parlamento Europeo ha ido ganando capacidad legislativa en los Tratados de la UE, ser eurodiputado se ha convertido en un oscuro objeto de deseo para corruptos y para corruptores. A fecha de hoy, más del 65% de las normas que afectan a los europeos en su día a día se tramita y aprueba en la Eurocámara. Ese es el poder real de sus miembros. El anterior caso de corrupción detectado se remonta a 2011, cuando periodistas británicos se hicieron pasar por lobistas logrando que tres eurodiputados aceptaran fuertes sumas de dinero a cambio de presentar enmiendas legislativas que beneficiaban al sector bancario. De los tres eurolegisladores, dos de ellos habían sido ministros de Relaciones Exteriores, y el tercero era exministro de Interior, y todos resultaron procesados y condenados a penas de cárcel por tribunales de sus respectivos países.

¿Quiénes son los corruptores?

El universo de países, asociaciones empresariales y, todo tipo de malhechores interesados en corromper eurodiputados para influir en la política europea es casi infinito. El entorno lobista que rodea las instituciones europeas en Bruselas es impresionante. Gasta enormes cantidades de dinero en personal, en todo tipo de eventos y en relacionarse directamente con los decisores públicos. Es obvio, que resulta mucho más fácil acercarse al político, en este caso al parlamentario, que a los altos funcionarios de la UE, cuya actividad está muy fiscalizada y cuya vida profesional está también muy blindada por sus razonables sueldos. La Eurocámara es otro cantar. Desde que pisas sus dependencias tienes la sensación de adentrarte en una especie de bazar turco, donde todo puede comprarse o venderse. Bajo el buen principio de acercamiento a la sociedad, cada eurodiputado lleva a Bruselas y Estrasburgo un rosario de excursiones de visitantes variopintos, entre los que siempre hay lobistas encubiertos.

Los eurodiputados

Pero, ¿cuáles son las asignaciones económicas actuales de cada eurodiputado? Sueldo mensual base de 7.956,87 € brutos al mes (6.200,72 € netos). Dieta diaria fija de 304,00 € para alojamiento y otros gastos, por asistir a la actividad oficial según calendario y de 152 € en el caso de reuniones celebradas fuera de la Unión Europea, facturas de hotel aparte. Dieta mensual fija para gastos generales en el país de origen de 4.299,00 € netos. Gastos de viaje (Billetes de tren, avión, kilometraje, dieta distancia, dieta duración). Dieta anual de viaje hasta 4.243,00 € para actividades especiales (Conferencias, etc). Indemnización transitoria por fin de mandato de un mínimo de 6 mensualidades hasta un máximo de 24 mensualidades. Pensión mensual de Jubilación a los 63 años del 3,5% del sueldo base por cada año de mandato. Entre 278,49 y 5.569,81 € brutos según años de mandato (20 años máximo). Además, cada eurodiputado cuenta con un despacho; equipamiento y suministro completo de material para oficina; equipo informático y de telecomunicaciones; vehículos oficiales; bicicletas de servicio; espacios y hemiciclos para realizar actividades; cursos de lenguas y de informática y de una dotación de 21.209,00 € brutos al mes para contratar asistentes personales y servicios externos, ya sea en Bélgica o en el país de origen. Y como sistema de control de su actividad deben hacer una declaración de asistencia de los diputados por invitación y en el ejercicio de sus funciones a actos organizados por terceros, así como notificar los obsequios recibidos cuando representan oficialmente al Parlamento.