eo mucho Wikipedia, en inglés. Meto un montón de horas. Con mi inglés macarrónico puedo pasarme días enteros olisqueando cosas, sin ton ni son. Una de las cosas que más me gusta es seguir la pista de los multimillonarios y multimillonarias y retroceder en el tiempo para ver si algo de culpa en eso la tuvieron sus padres, abuelos, bisabuelos. Exacto. Saben la respuesta igual que yo. Salvo los que se han hecho ricos en las tres últimas décadas con negocios relacionados con Internet, el dinero ha ido pasando de generación en generación y los puestos de las empresas de unos a otros. Así que no sé qué problema hay en que Inditex sea ahora una empresa que lidera la hija del que la creó. De hecho, me parece muy bien. Porque confirma lo que ya se sabe y que no es otra cosa que si naces en una familia equis tienes un % muy alto de opciones de seguir siendo casi idéntico a esa equis, esté esa equis en el peldaño económico que esté. Es jodidamente complejo salir de la pobreza, escalar un peldaño o dos o bajar tres. Sobre esto hay decenas de estudios y libros escritos y sobre esto no tendría que haber discusión porque es tan obvio como que la Tierra gira y el agua moja. De vez en cuando alguno o alguna se sale de la disciplina familiar y hace la vida por su cuenta, pero casi siempre sus carreras y sus trayectorias tienen que ver con lo que ya había cuando nacieron o con lo que había en su entorno, mientras que quien nace en el escalón más abajo o de los de más abajo se encuentra con dificultades inmensas para subir apenas un centímetro. Es bueno que Marta Ortega herede el poder y el imperio. Nos sirve para certificar lo que ya sabemos y para pelear por lo que hay que pelear, que no es otro asunto que quien nace con menos opciones tenga un soporte público para cuando menos tener la opción de subir ese centímetro y ofrecer a sus hijos algo mejor de lo que se encontró ella o él.