a temporada de David García con Osasuna, muy por encima de la de cualquier otro compañero, le ha puesto en el disparadero de los equipos grandes. Al mismo tiempo, su nombre se viene oyendo como seleccionable por España. Seré claro: ojalá fiche por un grande. Vamos, me encantaría que fuésemos un equipo capaz de pagar a los jugadores como pagan en otras partes y pelear por Europa año sí y año también, pero eso es bastante inviable. Por tanto, me parece maravilloso que en su justo derecho de querer progresar como futbolistas -se vive una vez- y económicamente -un año de ficha en un grande te soluciona la vida- cualquier jugador por muy rojillo que sea fiche por esos equipos. Tengo casi medio siglo de vida y llevo casi otro tanto oyendo a mequetrefes como yo repartir carnets de osasunistas y de puros a los jugadores que no fichan y se quedan en casa y todo esto y la verdad es que estoy harto de esa manía de ser puros en espalda ajena: tan puro es casi todo el que ficha como el que no. Y, sobre todo, es conveniente no dar lecciones cuando uno mismo jamás estará en esa posición. No sé si García tendrá o no ofertas y si las aceptará o no, pero si lo hace tendré la pena lógica de perder a un jugadorazo pero la alegría de verle ir a clubes en los que poder sentirnos orgullosos de él. Cosa distinta es quien se va y te vende motos tipo yo no me quería ir o vainas así, cuando convive perfectamente irse y sentir pena por irte. Pero así es el deporte y la elite: los trenes pasan una vez y si ser de Osasuna es un sueño cumplido saltar a un grande o casi es otro sueño cumplido. La vida es bella en Pamplona en El Sadar. Pero también lo es en muchos sitios más. Dejemos -si les llega el momento- que la gente cumpla sus sueños, que son a fin de cuentas quienes se lo han currado desde críos. Y las lecciones de osasunismo, para cuando rechacemos nosotros las ofertas casi irrechazables..