a comenzado el aluvión de noticias e imágenes que nos anuncian San Fermín. De hecho, ya todo el proceso del cartel de la Feria del Toro y el de las fiestas también forman parte de este camino, pero es desde ahora cuando más se nota: el martes, por ejemplo, decenas de periodistas se arremolinaban alrededor de una camioneta de Carpintería Aldaz que transportaba tablones que conforman el vallado del encierro. Al parecer, es una necesidad periodística y humana básica en esta ciudad informar a la ciudadanía de que ya están colocando esos maderos, de la misma manera que te van informando de que ya se saben las ganaderías, los toreros, que ya llega la Tómbola, que si las actuaciones, las verbenas, las atracciones, los espectáculos infantiles.... Ojo, no critico, me limito de enumerar lo que a fin de cuentas no es sino una manera de ir calentando la ciudad de cara al día 6 de julio, un calentamiento que a los castas imagino que les funciona como los prolegómenos del sexo, que los expertos aseguran que también son sexo. Pues en el sistema nervioso de los yonkis de las fiestas y ferias todos estos pequeños y grandes rituales y anuncios y avisos funcionan también como dopamina y conforman un larguísimo periplo sin el cual tendría muy poco sentido llegar al día 6. ¿Se imaginan amanecer el día 6 sin haber vivido nada de esto, sin haberse enterado de nada? Miles y miles de extranjeros lo hacen, claro, y por lo que se ve disfrutan igual o más que los locales, pero los locales, además, se ve que necesitan estas píldoras anticipatorias. Quizá es para recibir la dosis adecuada de decisión para no flaquear y plantearse dejar la ciudad el 5 o incluso antes, antes de que se empiece a poner imposible entre camiones de reparto y prisas. No menos de 20 micrófonos rodeaban al responsable de Carpintería Aldaz el martes. Definitivamente, es o para quedarse muy duro o para irse muy lejos.