PN siempre se viene arriba a finales de junio. Es como si necesitara encender la mecha antes de tiempo. Tensar el ambiente; aunque no haya fiestas. Porque forma parte del ritual político prefestivo. Para que no quede duda de quién es quién entre la gente normal.

El otro día, tras un calentón emocional, el Área de Acción Comunitaria prohibía la exposición de pancartas de las peñas 2021 en el Centro Plazara. Se amparó en la normativa de uso y utilización de los Centros Comunitarios que prohíben el "uso de pancartas, símbolos, emblemas o leyendas que puedan incitar a la violencia o sean discriminatorios". Joder, ni que hubieran traficado con peróxido de acetona, pensé. Y me acordé del informe del Consejo General del Poder Judicial según el cual gritar ¡Viva Franco! ya no es delito porque está amparado por "la libertad de expresión". Y con ese informe en la mano, las peñas podrían exponer las pancartas donde les viniera en gana. Por muy insolentes que fueran sus imágenes. Pero no. Navarra Suma viene a decir que en la calle usted puede contaminarse con las viñetas de las peñas hasta el delirium tremens, pero en los centros comunitarios le garantizan la inmunidad ideológica. No me digan que no son ganas de joder. O de pagar por algo que nunca acaba de pagarse.

Las peñas llevan más de cien años ironizando y usando la sátira política en sus pancartas. Y si algo les caracteriza es la irreverencia, la desfachatez, la insolencia y la crítica política, amarga y contumaz. Porque forma parte de la fiesta y sus desvaríos.

Si Navarra Suma ha prohibido esas pancartas en un centro público tirando de un reglamento contradictorio, debería proponer la ilegalización de las peñas. Pa rematar la faena presanferminera.

Esta pandemia está haciendo estragos. O no se han dado cuenta que al quitarse la mascarilla, a Navarra Suma se le ha puesto cara de VOX.