sto va de pasta. Pero también de ética de saldo, de doble moral y hasta de fe interesada. El otro día, el deán de la Catedral de Toledo, Juan Miguel Ferrer firmó contrato, o lo que fuera, con la productora de C. Tangana para grabar en el interior del templo un videoclip promocional de su último trabajo titulado AteoAteo. En el perreo le acompañaba Nathy Peluso. Se dice que la cosa ronda los 15.000 euros. El videoclip muestra dos cuerpos muy sexualizados que se desafían a ritmo bachata mientras son espiados por dos sacerdotes. Al final, C. Tangana acaba sucumbiendo a la fe tras una genuflexión ideológica.

Quizás por eso el deán justificó la grabación con estas palabras: “El vídeo utiliza un lenguaje visual provocador, pero no afecta a la fe”. Es más, “favorece el diálogo con la cultura contemporánea”. Se armó la de dios. Y el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, puso las cosas en su sitio. Lamentó profundamente la grabación del video en la catedral y pidió perdón “humilde a todos los fieles laicos, consagrados y sacerdotes, que se han sentido justamente heridos por este uso indebido de un lugar sagrado”.

Hace poco, la cantante Zahara presentó, también en un concierto en Toledo, el álbum Puta. En el cartel promocional se podía ver a Zahara personificando a la virgen con una banda azul en la que se leía “Puta”. También se armó la de dios. Y este mismo arzobispado se incendió diciendo que eso era intolerable y una “falsa libertad de expresión”.

Mientras que Ateo de C. Tangana se sobra de connotaciones machistas y hace referencia proactiva de la religiosidad, los temas de Zahara abordan la violencia de género, el machismo y los abusos sexuales que ella misma sufrió. Quizás por esto C. Tangana ha tenido vía libre, previo paso por caja, y Zahara las pasó putas teniendo que retirar su cartel. Cosas de una Iglesia que debería abrir ya la caja negra de su historia.