Cuarenta añitos ha cumplido la Ikastola Paz de Ziganda, que este domingo será la anfitriona de la trigésima edición del Nafarroa Oinez.

Este centro escolar debe su nombre a la señora Paz de Ziganda y Ferrer (1890-1966), hija de una notable y significada familia pamplonesa y gran amiga de cosas importantes: perteneció a la asociación Euskararen adiskideak (Amigos del euskera), que, entre otras iniciativas, puso en marcha la Escuela Vasca de Pamplona en 1931 y fue también "amiga" de la asociación Amigos del Árbol y de la Naturaleza. Éstas fueron las dos grandes pasiones de su vida y por ello donó parte de su legado a lo que era una incipiente ikastola, nacida en los últimos años del franquismo, conocida como Ikastola de Iruña y después como Nuestra Señora de Uxue, y de la que nacerían la actual Ikastola San Fermín y la que hoy lleva el nombre de su benefactora.

Paz nació en Pamplona, en la actual calle Mercaderes, antigua Blanca de Navarra. Fue la única chica entre siete hermanos. Su abuela paterna, nacida en Gaskue, fue quien le enseñó el euskera. Su aportación fue fundamental a la hora de poner en marcha aquel proyecto educativo de madres, padres y profesorado, bajo la dirección de otra interesante mujer: la andereño Mikela Gastesi, que entre otras novedades pedagógicas, impulsó la enseñanza mixta en Pamplona.

En 1974, y tras un largo peregrinaje por bajeras de la Avenida Bayona, aulas alquiladas en el colegio Luis Amigó de Mutilva y después en Beloso Alto, llegaron al colegio de los Capuchinos de Villava, donde alquilaron parte del edificio. En 1995, se construyó el actual edificio en un terreno colindante, para lo cual utilizaron parte del dinero del Nafarroa Oinez que organizaron en 1991 y al que acudió entre otros el entonces presidente Juan Cruz Alli, con txapela y todo. No te lo tomes a mal, amiga Paz, pero creo que este año el presidente no va a ir. Y lo de la txapela, mejor, ni se lo planteamos.