a historia se repite. La técnica evoluciona. El socialista Gabriel Urralburu quiso activar el Ente Público Radio Televisión Navarra aprobado por el Parlamento Foral en aquellos años 80. Llegó a tener director general con secretaria y oficina, logotipo y consejo de administración. El director general, el periodista navarro Fermín Goñi, se enteró del nombramiento en la fiesta de boda del presidente, a la que asistía por amistad. Frivolidad en trance eufórico. Profesional bregado, reconoció que sabía poco de televisión. La sensatez económica abortó los planes. Durante un tiempo, socialistas y regionalistas compartieron proyecto. El Comité Ejecutivo de UPN (palabras de Javier Taberna, presidente perpetuo de la Cámara de Comercio) estuvo "ilusionado". Ambos partidos tuvieron actuaciones contradictorias hasta el desenlace final. La socialista Chivite estudia ahora la creación de un "Ente público de comunicación e información basado en una plataforma digital multimedia", iniciativa incluida en el apartado "regeneración y calidad democrática" del acuerdo programático. Las reticencias de los nacionalistas vascos desaparecieron tras la normalización de la captación en Navarra de los canales de ETB. La Comunidad Foral es de las contadas autonomías (La Rioja, Cantabria, Castilla y León) sin canal propio de televisión (ruinoso), aunque se ha apañado un sucedáneo subvencionado (NATV). La estructura de Gobierno incluye Gabinete de Prensa, bien dotado de profesionales del periodismo. Facilita comunicados, audios y vídeos editados y actos en streaming (transmisión por Internet). La mayoría de jefes de gabinete son también periodistas. Tan sujetos a la voz del amo como en medios privados. La política contamina la información. El proyecto, ambiguo en sus términos y en fase inicial, busca amplificar todavía más la voz del oficialismo. Nadie se opondrá de verdad. La herramienta interesa a cualquier partido con expectativas de gobierno. Un juguete.