sparza, Cerdán y Bolaños, a la mesa. El presidente de UPN, el navarro secretario de Organización del PSOE y el ministro de la Presidencia. El trío de los horrores. Restaurante caro con música ambiente personalizada. Nada de hilo musical. El pinchadiscos, llegado a Madrid no hace mucho desde su Navarra natal, un friki de la música y de la política, se percató de su presencia y buscó en el repertorio de Rocío Jurado: "Miedo, tengo miedo...", confesaba con afinado desgarro la tonadillera. A la Beltrán tampoco le gusta ese escarceo. La coalición Navarra Suma podría quedar como una anomalía y el Partido Popular estaría otra vez en riesgo de desnudez parlamentaria. Pero hay más miedo entre las siglas que en Navarra suman la alternativa progresista. Por si UPN y PSN vuelven a las andadas. El PSN tiene acreditada trayectoria de falta de fiabilidad. El tripartito de 1995 (PSN, CDN y EA, con apoyo externo de IU) fracasó al año porque, descubierta la cuenta en Suiza con el presidente Otano como titular, los dirigentes socialistas decidieron dejar el Gobierno en manos de UPN. Falta de honestidad en la existencia de la cuenta y falta de valentía para mantener la fórmula con otro presidente. En 2007 (agostazo), el PSN facilitó la continuidad de UPN al frente del Ejecutivo foral. La factura a pagar al año siguiente -orden parcialmente incumplida de oposición a los presupuestos de Zapatero- concluyó con la ruptura del pacto UPN-PP (vigente desde 1991) y con la escisión entre los diputados por UPN. El PSN llegó a gobernar en coalición con UPN (2011). Nivel vicepresidente. Mucha Barcina para poco Roberto Jiménez. Efímera coalición. Sublimación de la deriva de la franquicia navarra del PSOE. Solo la caída en votos del PSN (mínimos históricos) lo inhabilitó para impedir el cambio (2015). Ahora lidera ese cambio. Con cierta arrogancia. Postre de la comida: queso. En porciones. La teoría del quesito. El camarero guardaba parecido con Miguel Sanz.