Ha pasado un año desde el inicio de la pandemia y se puede decir que mucho ha cambiado la ciudad de Pamplona desde entonces. Al menos en movilidad hemos ganado proyectos que no gustaban demasiado al actual equipo de gobierno en todo lo que tiene que ver con carriles bici y nuevos espacios peatonales. Es lo que ha conseguido la ciudadanía, mantener el centro de la ciudad sin acceso a vehículos y haber transformado grandes avenidas como Yanguas y Miranda, Saraste, avenida Bayona, avenida del Ejército... donde pierde espacio el coche. Lo que seguramente no hubiéramos pensado hace apenas doce meses es que, además de parques y aceras más amplias, necesitábamos arañar mucho más a la ciudad y al espacio público para crear zonas de terraceo.

Ya sea Compañía, Calderería o más recientemente el entorno de la Plaza de Toros se convertirán en terrazas de bar con lonas de plástico por si llueve. Me dicen que en el caso de la Plaza de Toros hay sitio de sobra para cruzar a lo Viejo; que habrá mesas y sillas desde el callejon, el entorno más cotizado para los bares, hasta la rampa del parking de la calle Aralar pero pegadas al coso, que el horario se adaptará a las restricciones de la pandemia, que es para los bares que no tienen terraza de las calles Estafeta, Mercaderes y Labrit, que las molestias a los vecinos de las calles Amaya y Arrieta son mínimas, y que abrá aseos en la calle Arrieta. Ah, y que se autorizan desde el 1 de abril hasta el 30 de junio, aunque todas y todos sabemos que vienen para quedarse.

A mí, llegados a este punto de apoyo incondicional a la hostelería, aunque no convenza al sector, me gustaba más la propuesta de trasladar las terrazas al interior del coso pamplonés y aprovechar de paso la zona de graderío para montar conciertos. Porque realmente lo que me parecería interesante de cualquier propuesta de verano en este segundo año de pandemia es que apueste por una oferta cultural para todos los públicos y en la que las administraciones inviertan dinero en música, teatro, cine callejero, ferias u otros espectáculos buscando los mejores escenarios posibles en esta necesidad de mayor escala y distanciamiento social.

¿O la propuesta aprobada podría crecer en interés si dentro de la plaza hubiera, además, una oferta de espectáculos? Porque ya sabemos que los jóvenes no se van a sentar en una mesa a pasar la tarde... Y estoy pensando en ellos sobre todo. En que tengan un verano diferente.