antes, los medios de comunicación se inventaban equívocos o bromas más o menos ocurrentes para colar en sus soportes el día 28 de diciembre. Una inocentada, tradición para ese día, tratando de enredar la inteligencia del lector, oyente, espectador, pero sin pasarse. Con el paso de los años, ahora más que nunca, el asunto se ha desvirtuado y olvidado porque los medios bastante batallan con auténticas inocentadas diarias y mantienen secciones diarias en las que se hacen chanzas con noticias desvirtuadas y cojas y también han creado departamentos para detectar las noticias falsas -las fake news-. Informaciones sin base o manipuladas, algunas anónimas en las redes y otras enunciadas por protagonistas con rostro de piedra -lo peor- o con desconocimiento evidente.

Los medios de comunicación en su mayoría ni se plantean inventarse una inocentada, salvo que ésta sea una burrada y sea una humorada gorda, porque la realidad viene tan cargada que se empeña en superar a la ficción y lo consigue.

Este escenario disparatado, entre las informaciones manipuladas y el falseamiento que se ha colado en el periodismo, ha generado un clima de desconfianza. Nunca ha sido bueno creer todo lo que te dicen, pero ahora menos. El escenario de inocentadas verdaderas es demoledor. En el último mes, por ejemplo, ha pasado todo esto, entre otras cosas peores: se olvidan a un niño en un área de servicio de una autopista. Trump anuncia para el próximo año la creación de una fuerza espacial. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid: “A lo mejor de ministro de Hacienda a partir de enero tenemos a un etarra”. Zozulya: “No soy un nazi. Soy un patriota”. La celebración de la Cumbre del Clima en Madrid ha tenido un coste de 50 millones de euros y sólo se ha llegado a un acuerdo de intenciones. Una mujer blanca de Iowa confiesa que atropelló a una joven para matarla debido a su aspecto mexicano”. Salvini boicotea a Nutella porque no es suficientemente italiana: “He cambiado porque he descubierto que Nutella utiliza avellanas turcas y yo prefiero ayudar a las empresas que utilizan los productos italianos”, dijo Salvini. Vigo se gasta más de un millón de euros en iluminación y decoración navideña.

Las inocentadas lo tienen difícil.