debe ser una consigna interna porque lo repiten en cualquier debate, la mayoría de las veces sin venir a cuento. Dicen desde Navarra Suma que representan al 40% de la Comunidad Foral. Y no es verdad por mucho que insistan en sostenerlo. La plataforma de derechas que unió bajo una misma lista a UPN, PP y Ciudadanos tuvo un resultado más que aceptable en las elecciones del 26 de mayo, pero por debajo del que dice tener. Contabilizó 127.346 votos, que equivalen al 36,5% de todas las papeletas válidas, que fueron 348.193. El reparto de escaños, de acuerdo con la Ley d’Hont, le resultó algo más favorable que a otras formaciones. Así como por ejemplo EH Bildu no logró que la mitad de su porcentaje de voto se tradujera en escaños (con el 14,7% se quedó en 7), Navarra Suma consiguió 20 asientos en el Parlamento, que efectivamente son el 40% de los que hay en la Cámara.

Sin embargo, eso no significa, ni mucho menos, que esas 127.346 personas que votaron a Navarra Suma representen al 40% de las 485.405 que integraban el censo electoral. Para ser más exactos, son el 26,1%. Una cifra nada desdeñable para una coalición de tres partidos en una sociedad tan plural como la navarra, pero inferior a la obtenida por PSN y Geroa Bai -que sumaron 132.162 votos (el 37,9%)- y muy lejos del 40% que se empeñan en atribuirse. Para haberlo alcanzado tendrían que haber seducido a 194.162 electores, con los cuales gozarían de amplia mayoría absoluta y no seguirían aislados en la oposición. Pero Navarra Suma persiste en su disparatado cálculo, se aferra al 40% que no tiene e ignora a los 135.035 que optaron por quedarse en casa. Un error de bulto, ya que los abstencionistas volvieron a ser mayoría. De hecho, ninguna sigla llegó a ese 27,81% de electores que no encontraron argumentos para votar, pero la derecha los añade a su porcentaje para mantener su ensoñación y sostener que detrás de su sigla está el 40% de la sociedad. ¡Qué más quisiera!