l Gobierno de Navarra y el del Estado han llegado a un acuerdo para desligar la futura estación del tren de alta velocidad de un plan urbanístico que, al igual que ocurrió con Guenduláin, llegó en los años del pelotazo del ladrillo, y dibujaba más de 9.000 viviendas y un gran polígono de actividades económicas en Etxabakoitz. Un PSIS que lleva 20 años en impasse. Sea cual sea, y cuando sea, el futuro de la nueva estación de Pamplona -vinculada a la llegada del TAV a la capital navarra- nadie cuestiona la inviabilidad de un scalextric inmobiliario impulsado por el Gobierno de UPN (entre 2007 y 2015 con diferentes modificaciones) para satisfacer los intereses de un grupo de promotores y sin obedecer a criterios de necesidad. Bajo el pretexto de ordenar los suelo afectados por la supresión del actual bucle ferroviario (San Jorge) y de la nueva estación se recalificaron unos terrenos para hacer negocio. Un crecimiento desmedido tanto en costes como en su intento de endosar a lo que era un rediseño ferroviario más de 9.000 viviendas (unas 1.000 en San Jorge) sin justificación pública ni demanda real (así lo recogía en un informe de 2019 la sociedad pública Nasuvinsa), así como otros 305.019 m2 para otros usos ocupando un total de 2,4 millones de superficie. Un PSIS diseñado en tiempos de bonanza, que quedaba supeditado a la llegada del TAV, a la supresión de la actual infraestructura ferroviaria y a la construcción de la nueva estación. Adif, que tendrá que dar ahora el visto bueno a cualquier revisión del viejo PSIS, aportaba suelo, las traviesas del viejo tren, para desentenderse de los cien millones que costaba, entonces, la nueva estación y la eliminación de el bucle ferroviario. Eso sin contar los más de 200 millones en los que se estimaba la conexión entre Zuasti y Esquíroz-Etxabakoitz. Ahora que se apuesta definitivamente por Etxabakoitz habría que aclarar bien su financiación. El Estado, que asume que ejecutará el trayecto Castejón-Pamplona, ha anunciado que invertirá 145,5 millones de los fondos europeos Next Generation para impulsar el corredor navarro, 105,5 millones para el tramo Tafalla-Campanas. Pese a las dudas que existen sobre el futuro del TAV y su conexión con Zaragoza y la CAV, incluso el paso por la Comarca de Pamplona, parece que la llegada de fondos europeos anima ahora al Estado a seguir hilvanando este tramo del corredor Cantábrico-Mediterráneo. De momento, el único segmento completo es Villafranca-Castejón, y en fase avanzada el de Peralta-Olite. El resto, en mantillas.