a rehabilitación ‘profunda’ de nuestro patrimonio residencial es una apuesta de futuro. Reforzar la ciudad consolidada, apostar por la eficiencia energética y por la reducción de emisiones de CO2 es una de las mayores revoluciones medioambientales y el principal reto de las ciudades europeas. Implica frenar la pobreza energética que afecta a muchos hogares principalmente en el periodo de invierno pero también ante las olas de calor que el cambio climático nos depara. Supone además avances en la cohesión social y la igualdad al homogeneizar los espacios urbanos hasta ahora diferenciados según rentas. El Gobierno de Navarra presentó ayer los datos del 2021 en materia de rehabilitación de vivienda. Un total de 5.307 viviendas protegidas y una inversión superior a los 82 millones (frente a los 26, movilizados en 2014) con más de 28,6 millones concedidos en subvenciones (8,3 millones en 2015). Precisamente las actuaciones en rehabilitación energética de edificios completos se ha duplicado en dos años hasta beneficiar a un total de 2.492 de las 5.307 viviendas rehabilitadas el año pasado (1.537 en 2014). Las llamadas envolventes térmicas son cada vez más demandadas por comunidades de vecinos que, conscientes de las ayudas que van a recibir (entorno al 35%), consiguen mejor sus viviendas a través de la dermis del edificio (tejado, fachada, suelo y carpintería), ganar en confort, reducir los gastos de mantenimiento, además de revalolarizar las viviendas de cara a su venta o alquiler, y mejorar notablemente la imagen estética de muchos barrios envejecidos de Pamplona y Comarca, entre otras zonas. Y ahí están los ejemplos de la espectacular transformación urbanística que han sufrido zonas vulnerables como Soto de Lezkairu, San Juan, San Jorge, Txantrea o Santa Cruz de Zizur Mayor. En líneas generales el incremento de las subvenciones en Navarra para reforma de vivienda ha sido constante desde 2015, manteniéndose incluso en periodo de pandemia. Los edificios consumen en Europa el 40% del total de la energía producida. Lo tiene claro la Unión Europea que ha convertido la rehabilitación en uno de los estandartes para la lucha contra el cambio climático y la recuperación de la crisis por la covid-19, a la que por cierto destinará una parte importante del fondo de recuperación Next Generation. Ayudas que permitirán duplicar en Navarra las que ya existen, y a las que se suman las desgravaciones para acciones que supongan reducciones en el consumo, en vigor desde enero.