Altsasu-Alsasua, plaza de la Concordia
Entre los escritos de J. Paul Sartre hay una frase: “La libertad de uno acaba donde empieza la del otro”, que me acompaña con frecuencia. A veces incluso, esa realidad que nos reta en el ejercicio de la libertad, se cuela, de una u otra manera, en mi vida onírica. En un reciente sueño me encontraba en un lugar en el que una placa decía: Alsasua, plaza de la Concordia. Desconozco si pocos o muchos de los que están, pensé, pueden sentir que los que llegan hoy vienen a imponerse, provocando y coartando su libertad. Los que llegan, por su parte, pueden sentir que lo hacen como expresión de libertad, en cuanto que la plaza es un lugar abierto al mundo.
Las plazas son espacios urbanos públicos, lugares de reunión y encuentro que dan cabida a diferentes eventosy acogen a todo tipo de personas, sea cual sea su color, ideología, condición y/o situación social. En mi sueño, los que están y los que llegan eran bendecidos y acogidos por la libertad pacífica de la plaza. Podían disfrutar de ella al haber conseguido diluir en sus corazones las barreras mentales y quedar liberados de las mismas. Altsasu-Alsasua, plaza de la Concordia.