Los homicidios de este año, hasta el 15 de agosto, en Barcelona superaban ya los de 2018. Sólo en julio fueron asesinadas cinco personas, todas en reyertas callejeras. Cada día se cometen alrededor de 42 robos con violencia. Barcelona se ha convertido en una ciudad insegura. Lo grave es que este deterioro estaba anunciado, mientras el gobierno municipal ha actuado con absoluta desidia, aplicando el mismo criterio que con el top manta. Está en juego la seguridad de sus ciudadanos y el prestigio de Barcelona.