Hay varias consecuencias que nos ha deparado esta pandemia que sufrimos desde hace días y que salvo novedades convivirá con nosotros hasta el verano , no me refiero al cambio de costumbres que por la necesidad de permanecer confinados han cambiado, como por ejemplo la mayor relación con nuestros vecinos , el cuidado exquisito con la higiene o el afán de sacar a la mascota a pasear por todos los miembros de la familia.

Quisiera dirigir mi atención al tema económico, sanitario y social y especialmente del manejo de formas del ejecutivo en la toma de medidas para atenuar el impacto que esta crisis ha desatado en la solvencia y liquidez de los particulares y los negocios

Sin tener en cuenta las plúmbeas declaraciones del presidente y sus ministras (con el agravante de elegir que medios de información son contestados) me llama la atención el manejo de la semántica de tal modo que la idea que se transmite es que el estado por medio de este gobierno da ayudas a empresas, personas desfavorecidas , a autónomos o a trabajadores y promete seguir en la línea de mantener una línea social mediante decretos leyes.

La realidad es muy distinta, el estado no crea la riqueza sino que distribuye aquellos recursos que previamente a conseguido mediante impuestos o posteriormente con préstamos a mercados financieros a pagar en el futuro con intereses por nosotros y nuestros descendientes ,el matiz es importante porque el estado y el ejecutivo de turno son administradores de los bienes de todos y no propietarios con libertad de donar a quien y como se quiera.

Por otro lado también el estado presume de luchar contra el desarrollo de la pandemia mediante la inclusión de mandos policiales y militares en una escenografía cuidada al detalle pero incapaz de responder a las preguntas filtradas de periodistas escogidos , el tiempo respuesta a cada pregunta se alarga sin sentido y evita de este modo cuestiones conflictivas.

Además se ha descubierto una ausencia y esto es grave , de un plan de emergencia nacional en la que intervenga la sociedad civil, dirigido por técnicos independientes y de reconocido prestigio de tal forma que no haya lugar a una desinformación como pueda ser el tema de la necesidad de mascarillas , negado en un principio por el portavoz del ejecutivo y rectificado posteriormente y que huele que no se pudo obligar su uso cuando no había posibilidad de suministrarlas , situación agravada por una carrera de las comunidades autónomas en un sálvese quien pueda y el ultimo paga la ronda , por no decir otra expresión mas gruesa.

Esa descoordinación se ve con nitidez en la respuesta que ha tenido la ya llamada "desunión europea " en cuanto a la prevención , el tratamiento y como se afrontan las consecuencias del llamado covid 19, en este caso cada país pasa olímpicamente de los demás en todos los aspectos y solo cierra fronteras cuando hay otro país que esta peor , este cierre también se da en cuanto a las posibles actuaciones para salir de una crisis ya admitida y que pondrá patas arriba toda la economía europea y mundial.

Ya hay muchas voces que cuestionan a los organismos de la unión tachándolos de absolutamente ineficientes en los momentos duros y de ser el retiro político de oro de estómagos agradecidos aprovechando sus jugosos sueldos , dietas y otras prebendas.

Esperemos que esta terrible pandemia nos abra los ojos sobre estos temas y seamos capaces de darnos cuenta que no es el gobierno quien tiene que solucionar vía decreto el desastre , que el empresario se tendrá que atar los machos y tirar del carro, que los trabajadores tendrán que renegociar con las empresas sus derechos , que quien tiene que cobrar grandes emolumentos no son los futbolistas , tertulianos o productores de programas para la televisión sino aquellos quienes enriquecen social, cultural y económicamente al país, que en la educación se ha de promover el esfuerzo y la ambición personal y que el funcionariado es una posibilidad más de trabajo pero no la mejor ni la única

Si aprendemos las lecciones no se si arreglaremos esto pero sí será mas difícil que caigamos en los mismos errores.