as agresiones al colectivo LGTBI se suceden tristemente cada fin de semana. En muchos casos se denuncian, en otros quedan silenciadas con el doble dolor para la víctimas. Duele este retroceso. Socialmente se han dado muchos pasos hacia la normalización para tratar de evitar cualquier conducta que suponga una vulneración de los Derechos Humanos, pero en los últimos tiempos están calando determinados mensajes de odio que han llevado a un aumento de las agresiones homófobas, racistas y machistas. La educación sigue siendo el mejor remedio. Educar desde la diversidad y el respeto en todos los niveles con todo el material didáctico que sea preciso, y los libros que duda cabe que siempre son un buen aliado para concienciar y abrir caminos. Por eso los atacan de nuevo. El pasado 15 de octubre, el Juzgado de Castellón, de manera cautelar y a petición de Abogados Cristianos, retiró de once institutos públicos 32 ejemplares de libros de temática LGTBI por considerar que "vulneran derechos fundamentales". Por suerte ayer se levantó la medida cautelar y los libros pueden seguir su camino educativo. Libros entre los que se encuentra El amor del revés, de Luisgé Martín, un relato doloroso y liberador sobre el trayecto vital del autor hacia el conocimiento de sí mismo. "Por leer nuestros libros sus hijos no van a salir homosexuales, van a salir más respetuosos", aseguraba el escritor. Una lectura necesaria para seguir avanzando, lectura como puente hacia una sociedad mejor.