os científicos nos acaban de regalar una de esas imágenes para la posteridad que nos dejan estupefactos: la primera imagen de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo en el centro la Vía LácteaSagitario AVía Láctea, ese macro universo en el estamos alojados. Solo pensar en su estructura acongoja: 44 millones de kilómetros de diámetro, una masa similar a cuatro millones de estrellas similares a nuestro Sol, y está a unos 26.000 años luz de nuestro frágil planeta. Los expertos se deshacen en cifras y teorías, pero no nos cuentan que hay dentro de este colosal agujero que es el núcleo de nuestra galaxia. Tal vez la nada. La historia del ser humano está marcada por desentrañar el más allá. Si es que lo hay. Las teorías científicas van desentrañando enigmas lentamente mientras las morales religiosas llevan siglos añadiendo misterio, dramatismo, dogmatismo e hipocresía. Y mucho sufrimiento. Y mientras tanto, en este universo terrenal tan imperfecto como apasionante que progresa hacia un futuro indudablemente más justo y equitativo, mejor para los que lo habitamos y los que nos sucederán, seguiremos sufriendo agujeros negros en forma de guerras, despotismo, deterioro medioambiental, opresión, injusticia y una larga lista de males. Y a ver qué científico descubre remedios para, si no solucionarlos, al menos mitigarlos.