Señora Botín, haga el favor de dimitir
L a decisión del Gobierno de Navarra de aumentar en casi 100 horas la jornada laboral de las cuidadoras/es del centro San José ha provocado desde su anuncio la lógica contestación por parte de la plantilla. A este rechazo por la imposición de una medida tan injusta y perniciosa se han sumado posteriormente los sindicatos de la Administración de forma unánime y, esta misma semana, nada menos que la mayoría de los grupos políticos representados en el Parlamento de Navarra, dejando a UPN prácticamente solo en su desatino. Sin embargo, la Agencia Navarra para la Autonomía de las Personas sigue obcecada en la intransigencia y el autoritarismo añadiendo ahora, por boca de su directora gerente, Gemma Botín, las amenazas y la descalificación personal contra nuestro colectivo.
Es muy grave que diga que hay muchos cuidadores que no hacen su trabajo. Tan grave como mentira, desde luego, y un zafio recurso que evidencia que su única respuesta ha sido, es y será el ordeno y mando porque lo digo yo, y punto. Si fuera cierto, con la gravedad que tiene semejante calumnia, ¿por qué no ha cumplido su obligación de decirlo y resolverlo antes en vez de blandirlo ahora como arma arrojadiza en la pelea contra quienes simplemente están en desacuerdo con su decisión? ¿No nos dirá a estas alturas que nos hemos beneficiado también en este caso de su excelsa magnanimidad y de un error que ahora corrige? ¿Cómo se entiende que quien lanza esta descalificación diga a renglón seguido que la atención en el centro es muy buena? ¿No estará, de paso, dando a entender que ya manejan listas negras? Imposición, autoritarismo, amenazas, descalificación y, para rematar, listas negras, prácticas de un tiempo que creíamos superado.
Si de corregir errores se trata, tiene a mano y bien cerca de su despacho unos cuantos de mucha mayor enjundia, como la sistemática desatención de la red pública de recursos sociales en beneficio del derroche y los proyectos superfluos. Mejor sería que se ocupara de estas cuestiones en vez de arremeter con abusos contra un humilde colectivo. Atrévase a decir que hay cargos, electos o premiados a dedo, igual nos da, que no cumplen con su obligación de defender lo público, es más, lo dinamitan desde dentro pretendiendo quién sabe qué objetivos.
Quisiéramos creer que esta actitud no es consciente, que no ha calculado las repercusiones de su conducta, pero mucho nos tememos que haya algo detrás el empeño por dejar herido de muerte el único centro público de atención a personas con discapacidad psíquica grave que existe en Navarra. A estas alturas es más que evidente que ni usted, ni quien la designó a dedo ni quien usted ha colocado a dedo creen en lo público, por eso reconozca que no les importa, deje de actuar contra él y dimita, hágale ese favor a la sociedad.
Nosotras y nosotros seguiremos aquí, haciéndonos cargo de los 80 residentes de San José y siendo su referencia vital más inmediata y constante. Porque es nuestro sustento económico, desde luego, pero también un trabajo que nos gusta, con sus días, unos mejores que otros, pero nos gusta, como nos disgusta que cuestiones externas como el problema que ustedes han creado alteren nuestra labor cotidiana. Usted y los suyos están de paso, asúmanlo y, si ya no es por las personas residentes y sus familias, háganse a ustedes mismos el favor de dimitir para así no pasar a la historia como el equipo que acabó con el centro San José.
Firman este escrito: Isabel Blanco Azanza, Ana Moracho Pérez, Mª Ángeles Garaioa Uriz, Camino Saragüeta Goñi, Félix Álvarez González, Rafael Biurrun Echarte, Mª Asun Luquin Mauleón, Juan Carlos Miranda Erro, José Luis Esparza Ibiricu, Lourdes Turrillas Ayesa, Asce Ibáñez Argaña, Maite Celaya Tirapu, Irene de la Fuente Robles, Maite Muguerza Mas, Alicia Pacual Iriarte, Verónica Olmos Liberal, Blanca Ahechu Egüés, Asun Angulo Bachiller, Argui Valencia Sainz de Baranda, Olivia Delgado Valerio, Carolina Izco Teré, Pilar Lana Echeverría, Josu Royo Iturrate, Mª del Mar Pérez Picón, Rosana Ruiz de las Heras, Eva López Plumed