Tras cuatro años de Gobierno del cambio, es el momento de constatar y afirmar con muchísima ilusión que en Iruñea estamos viviendo un florecer cultural. Llegamos con el objetivo de abrir la ciudad, de traer oxígeno, facilitando e impulsando que ciudadanía y artistas participasen activamente en la vida creativa, cultural y artística de Pamplona y de sus barrios. Gracias al trabajo y las ganas que desde las fuerzas del cambio y desde todos los colectivos y agentes culturales hemos invertido en ese sentido, hoy en el ámbito cultural se respira esa apertura y ese frescor con el que muchísimas personas y artistas de la ciudad hemos soñado durante décadas. El sueño de generar oportunidades para florecer creativa y artísticamente en nuestra propia ciudad. Un sueño que de alguna manera este verano hemos convertido en realidad. ¡Sí, los veranos de Iruñea son hoy pura vida y actividad cultural! Y así lo hemos disfrutado.

Desde una mirada cultural, el verano comenzó en la Txantrea con Auzokale, un novedoso programa que apuesta por llevar la cultura a la calle y a los barrios de Pamplona con actividades de teatro, música, exposiciones, circo y cine. Una apuesta por la programación colaborativa que también se ha extendido a diferentes barrios mediante los programas Etxabakoitz sutan, con el flamenco como protagonista; Mendillorri auzortzen, con la música, artes de calle y circo y juegos infantiles; La Mila de oro, con exposiciones y actuaciones musicales de artistas del barrio; San Jorge... de calle, con cuentacuentos y las actuaciones de La Rochapea de muestra. Al solsticio de verano de la Txantrea le siguió la primera edición del Festival Rincones y Recovecos enmarcado en la programación de Hiriartea en la Ciudadela, un festival de teatro y danza en espacios singulares.

Sin tiempo de coger aire, llegaron los Sanfermines, nuestras fiestas, alegres, espontáneas y de todos y todas. Aquellas que nos hacen bailar y vibrar. Por medio de las amplias mesas de los Sanfermines, ciudadanía e instituciones, hemos sumado fuerzas para hacer de nuestras fiestas las mejores del mundo. Juntos, colectivos e institución, hemos trabajado una novedosa programación cultural que se suma a la irrenunciable programación tradicional, con especial ahínco en el público infantil y juvenil. Espacios como Birjolastu y Kirolari potencian desde el juego valores como la creatividad, la sostenibilidad ambiental, el deporte y la interacción. También hemos trabajado con especial incidencia en el programa Fueros Joven, creando un espacio seguro y orientado a los consumos responsables para jóvenes y adolescentes, con dinámicas lúdicas y de ocio en horario de tarde. La plaza de Compañía ha sido objeto de debate y de mejora, un oasis tropical y multicultural con jazz y músicas del mundo. Para quienes no se animan o no quieren ir por las tardes a la plaza de toros, ampliar la programación de tarde ha sido el objetivo de las verbenas en la Plaza del Castillo y el escenario del paseo Sarasate, dedicado al folklore local. Y como guinda, la kalejira Mazedonia, un brindis a la diversidad de la ciudad. Dichos cambios han tenido una enorme respuesta de público, que ha disfrutado de una programación innovadora, gratuita, de calidad y plural, con criterios que garantizan la presencia de mujeres y artistas locales en los escenarios.

Agosto llegó con fuerza con el Festival de las Murallas, centrado en las artes de calle, danza, teatro, y circo, que se celebra en los entornos amurallados de la ciudad. Cuarta edición de un festival que se ha consolidado y pasa a ser referente en la programación cultural. De las tardes de danza y circo, pasamos a las calles y balcones del Casco Viejo y a gozar del flamenco en el Bosquecillo, con una programación de calidad y gratuita donde el Ayuntamiento es co-creador y colaborador de estos dos ciclos. El festival Flamenco On Fire es ya una cita indispensable del verano. La buena respuesta del público constata que fue un acierto por parte del Gobierno del cambio sacar este ciclo a la calle, convirtiéndose su programación callejera en seña de identidad que lo diferencia de otros festivales de flamenco y lo refresca con parámetros innovadores y populares. Para terminar, del flamenco al rock garaje americano. Tras tres ediciones el Pim Pam Ville es una cita ya ineludible a comienzos de septiembre, enmarcado en la programación del Privilegio de la Unión.

No cabe duda de que hemos avanzado en nuevos programas municipales de producción propia, dando espacio a la creación audiovisual; como ejemplo, el festival navideño Otras Luces. Una programación centrada en la luz, en iluminar las largas noches de invierno con la luz del arte. También con Ibaiertzean, que se centra en el valor de la música como práctica comunitaria que impulsa transformaciones sociales; o Garaikide, que nace para promocionar la creación artística contemporánea en euskera.

La colaboración mediante subvenciones y convenios ha sido otro eje de trabajo del Gobierno del cambio, consolidando las fiestas de los barrios y asentando las bases de colaboración con los colectivos populares que trabajan en Sanfermines, como Herri Sanferminak, casas regionales, Federación de Ikastolas o los colectivos de la diversidad cultural. Desde la colaboración con promotores musicales se ha propiciado el nacimiento de festivales como Iruñea Rock o Turmalina en la Ciudadela. En el plano de las subvenciones, el éxito de festivales como Zinetika, Beltza Weekend o Santaspascuas han contribuido a agrandar el ecosistema cultural de la ciudad con una aportación de frescura e innovación que Iruñea necesitaba y estaba esperando.

Como se observa, el florecer cultural de Iruñea es fruto de un trabajo intenso e inmenso. Este verano ha sido vivo, plural y colaborativo, características que definen el estilo de gestión cultural de estos últimos cuatro años. Precisamente, de esta nueva manera de entender y de trabajar la cultura, de la colaboración entre el Ayuntamiento y los colectivos, han visto la luz más de 10 nuevos festivales e iniciativas de éxito y de amplio alcance que han sacado la cultura a la calle para llegar a nuevos públicos. Iruñea ha vivido una esperada primavera cultural que no debe finalizar. El respeto a la cultura, a la ciudad y al trabajo bien hecho de muchas personas está por encima de ideologías políticas y cambios de gobierno. Apostemos porque siga la primavera.

Concejal de EH Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona