Sabemos que lo políticamente correcto es respetar y acatar las sentencias judiciales sin parpadear.

Desde la iniciativa ciudadana #OkupasMotorizados no podemos aceptar una sentencia como la que leíamos el domingo en DIARIO DE NOTICIAS. Nos cayó como un jarro de agua fría.

No somos juristas pero no alcanzamos a entender y nos parece increíble que se haya absuelto a una persona que se comportó como uno de los #okupasmotorizados de libro. De hecho aparcó allí porque iba a ser para poco rato; los típicos cinco minutos que suelen decir (aunque en este caso incluía una visita médica que iba a durar el tiempo de una carrera de Usain Bolt, por lo visto). No entramos en si se debe a la norma o a la aplicación de la misma que hace la jueza. Creemos que cualquiera que tenga dos dedos de frente puede opinar parecido.

Se trata de una persona que aparcó en una de las plazas reservadas para personas con discapacidad con una tarjeta de las siguientes características:

- Su fecha de caducidad había vencido.

- No estaba a su nombre.

- La titular de la misma era una pariente que había fallecido hacía dos meses.

Todas las personas con discapacidad conocemos la dificultad que existe para encontrar una plaza reservada dentro del Complejo Hospitalario de Navarra. Somos un colectivo que, desafortunadamente y por lo general, tenemos que acudir con frecuencia allí.

No obstante, al personaje protagonista de la sentencia parece que la operación de cataratas a la que fue sometido le afectó a su capacidad de caminar. Hay un parking en el Complejo Hospitalario donde podía haber aparcado. También podía haberse dirigido en autobús o en taxi si tanta prisa parece que tenía (en la sentencia también se habla de premura). Ahora bien, estas tres acciones suponen una pequeña cantidad de dinero. Utilizar la tarjeta de tu suegra, no. Al pobre no le dio tiempo a devolver la tarjeta debido a que se encontraba de vacaciones. Suponemos que las vacaciones duraron desde el mismo momento del fallecimiento del familiar hasta la consulta médica, por lo menos. Si nos leyera, aprovechamos para recordarle que también tendrá que dar aviso a empresas, instituciones, asociaciones o clubes que puedan girarle algún recibo. O quizá para eso ya haya tenido tiempo. Casualmente para devolver la tarjeta no. Y mucho menos para dejar de utilizarla.

Dice la sentencia que no perjudicó a un tercero en concreto y menos aún identificado. En eso estamos de acuerdo porque no perjudicó a una sola persona, perjudicó a un grupo de personas tan amplio como el de las personas con discapacidad de todo Navarra.

Habla la sentencia de las plazas reservadas que había vacías. Al leer esto nos acordamos de lo que nos decían ayer en redes sociales. ¿Se imagina alguien que, en el paseo Sarasate de Pamplona, si no encontramos sitio y vemos que junto a Diputación hay plazas vacías dentro de las reservadas para vehículos oficiales, dejásemos el coche allí? La respuesta es no.

Siguiendo con la ausencia de personas, cuando estemos en un semáforo rojo o en un stop, y veamos que no viene nadie ¿nos los podremos saltar? Cuando vayamos por una carretera con raya continua, en el caso de que no venga nadie por el otro carril ¿podremos adelantar? Obviamente la respuesta a ambas preguntas es la misma: no.

Una de nuestras colaboradoras habituales nos contaba la tristeza que le había producido esta sentencia. Es cierto que la leímos incrédulos, indignados y con rabia. La falta de respeto que han tenido con las personas con discapacidad es evidente. Lejos de conseguir que nos amilanemos, vamos a continuar firmes en nuestra lucha. Con las mismas fuerzas o más si cabe ante este desprecio del que hemos sido objeto. Andar no andaremos pero a perseverantes, tenaces y luchadores no nos van a ganar. Y menos los #OkupasMotorizados.

El autor escribe en nombre de la iniciativa ciudadana #OkupasMotorizados