o expresaba muy bien en una entrevista reciente la vicepresidenta Yolanda Díaz. “Con las cosas de comer no se juega”.

Pues bien, mucho se está hablando, con razón, de lo que a todas luces parecía un tamayazo político de los representantes de UPN en el Congreso, a espaldas de su partido, sin avisar y con alevosía, sin otro objeto que tumbar la nueva reforma laboral y con ello el mayor avance social de la legislatura. Sin duda, esta forma de actuar sin ninguna transparencia, a espaldas de los acuerdos políticos y de la voluntad de quien te ha elegido para que les representes, poco tiene que ver con los votos de conciencia que puede haber en cuestiones con implicaciones morales, y sí mucho con el oportunismo y la falta de ética política. El tiempo dará o quitará razones en este sentido.

Sin embargo, a nuestro juicio se está poniendo muy poco el foco, al menos en Navarra, en quienes, desde el ámbito nacionalista, votaron igualmente en contra de una reforma de fuerte avance social, a pesar de ser socios preferentes desde el inicio de la legislatura.

Una reforma que ya está teniendo, por cierto, efectos positivos en Navarra. Como se sabe, la reforma tiene dos grandes objetivos asociados. Reducir los dos grandes problemas de nuestro mercado laboral, esto es, la temporalidad y la precariedad. Pues bien, con un mes en vigor ya se está notando el impacto positivo y es de prever que se note todavía más en los próximos meses.

Si miramos los datos de empleo en Navarra este último mes de enero, nos encontramos con el mejor dato de contratación indefinida desde el año 2009. Respecto al año pasado el crecimiento de la contratación indefinida ha sido del 76%, lo que denota la importancia del cambio de tendencia.

Y decimos que es esperable que siga creciendo porque la propia reforma contempla un periodo de adaptación de tres meses al nuevo sistema de contratación, en los que las empresas deben adaptar sus contratos temporales o de obra y servicio, muchos de los cuales se espera que pasen a ser indefinidos.

Esto, evidentemente, supone un gran avance social. Nuestra juventud y las mujeres de este país son las grandes beneficiarias de esta reforma. Todos y todas sabemos que un contrato indefinido da muchas certezas a las personas, especialmente a la gente joven, para hacerse sus planes de vida, para poder emanciparse, para desarrollar su proyecto vital.

Y, por otra parte, la precariedad asociada a los bajos salarios. La recuperación de la ultraactividad, es decir, que no decaigan los convenios sectoriales cuando acaba su periodo de vigencia, y que las empresas subcontratadas deban pagar los salarios del convenio del sector, se estima que va a provocar un aumento salarial importante precisamente en los sectores más precarios. Nuevamente, las mujeres y jóvenes las grandes beneficiarias.

Un dato significativo de la reforma del PP que dejamos atrás. En estos últimos años, pese a la importante recuperación económica y del empleo, casi un 40% de los contratos tenían una duración inferior a 7 días en Navarra y en el conjunto de España. Evidentemente, con esta realidad es difícil que quien sufre esta precariedad pueda vivir dignamente.

Lo expresó muy bien la vicepresidenta. “Con las cosas de comer no se juega”. En ese sentido, es verdaderamente lamentable la irresponsabilidad de quienes votaron en contra del mayor avance social de la legislatura (y de varias de las anteriores) desde posiciones progresistas y/o nacionalistas. De no ser por el error del diputado del PP, hoy tendríamos en vigor la reforma neoliberal y draconiana del PP, una seria crisis de gobierno y una brecha todavía más profunda entre gobierno y socios, con sus derivadas en Navarra, Euskadi y Cataluña.

Y todo apunta a que, como ocurrió en otra votación fundamental, los primeros presupuestos tras la moción de censura de Sánchez, se han antepuesto intereses partidistas, sea por la situación de Cataluña, sea por presión de los sindicatos nacionalistas y su competitividad con CCOO y UGT, a la cuestión de fondo que se debatía. Salvo el PNV, que al menos ha entrado en el debate (lo que no quita para criticar su voto negativo por lo anterior expuesto), el resto ni ha entrado o lo ha hecho pidiendo imposibles a sabiendas, para que no hubiera acuerdo. Se hubiera entendido una abstención crítica si te parece que los avances sociales son insuficientes, ahora bien, que tu voto contribuya a que siga en vigor la reforma del PP, no responde sino a la lógica de cuanto peor, mejor, que nunca trajo nada bueno.

Desde Batzarre siempre hemos considerado un valor fundamental en política la coherencia y el rigor. Esto es, si se debate una cuestión, la negociación entre socios políticos debe versar sobre esa cuestión. En ese sentido, no nos gustan ni nos parecen coherentes los intercambios de cromos de “tú me apruebas esto a cambio de esto otro que nada tiene que ver”. Ahora bien, sorprende, al calor del acuerdo PSN-UPN sobre la reforma laboral, que quien más lo esté criticando sean fuerzas como el PNV (Geroa en Navarra), y últimamente también Bildu, que tantas veces han negociado cosas en Madrid a cambio de un día una transferencia, otro día una partida presupuestaria para Euskadi, otro día presupuestos por presos. Si somos coherentes, hay que criticar el contenido de ese acuerdo y no el que se intente un acuerdo, dado que era imprescindible ante la negativa de ERC y Bildu a negociar, como dejó claro la vicepresidenta Díaz en esa misma entrevista.

Esta vez la fortuna ha estado del lado de los avances sociales, pero “se ha jugado con las cosas de comer de millones de trabajadores y trabajadoras”. Esperamos que se reflexione autocríticamente, y que lo antes posible se reconduzca la situación y se refuerce la lealtad entre socios, tanto en Madrid como en Navarra. Nos jugamos que sigan avanzando las políticas de progreso social, como el nuevo incremento del SMI anunciado nuevamente por la vicepresidenta prácticamente al día siguiente de aprobarse la reforma. Inmejorable decisión para seguir.

Los autores son miembros de Batzarre