pamplona - El julio de 2017, Iván Martínez se recorrió la península. Abandonó su Almería natal con 18 años y el sueño de ser futbolista. Llegó a Osasuna Promesas. El mismo recorrido que curiosamente, 26 años antes, su padre había realizado. En la temporada 1990-91. Iván es delantero. Su padre, José Antonio, era portero.
Asegura Iván que todo ha sido casualidad. “Yo hice una buena temporada en el Almería juvenil de División de Honor, marqué 18 goles y siendo juvenil acabé la temporada en el filial. La oferta de Osasuna era la mejor que tenía y no me lo pensé. Cuando era niño me extrañaba cómo mi padre se podía haber ido a jugar tan lejos y mira por dónde ahora estoy yo aquí”.
Los 924 kilómetros que separan ambas ciudades hacen que las visitas de su padre y su familia sean cada dos meses, “y yo voy en Navidad y Semana Santa”.
Casualmente, la temporada que Barbero padre estuvo en el Promesas, “coincidió con mi entrenador, Santi Castillejo, con Roberto Santamaría, nuestro preparador de porteros, con Pedro Arozarena... Debe de tener muy buen recuerdo de la ciudad, porque después de haber jugado aquí venía a Sanfermines siempre que podía”.
Aunque tenía una buena referencia en casa de Osasuna, a Iván Martínez, Barbero hijo, le costó adaptarse. Llegó el verano pasado y vivió una mala temporada con el Promesas, en la que descendió de Segunda B. Y su casillero de goles, a cero. “Era la primera vez que salía de casa, con 19 años, y se me hizo duro estar aquí sin los amigos, sin la familia, el clima... Era todo muy abstracto para mí. Definiría la temporada como una campaña de aprendizaje. Este año, en cambio, volví del verano más adaptado, estoy muy a gusto y eso se está viendo reflejado en el campo. Marqué el primer gol en la cuarta jornada. Me quité un peso de encima. Ahora ya he anotado ocho. El equipo acompaña mucho y los de arriba estamos teniendo muchas ocasiones. Arriba estamos cuatro delanteros y jugamos con dos puntas. Me costó entrar en el once, pero ahora más o menos hay un once más fijo y el entrenador está contando conmigo”.
Asegura que se siente arropado por un entrenador que ha sido delantero. “No nos mete presión. Se preocupa de que aprendamos”. Y fija los objetivos de la temporada como “acabar la temporada primeros y optar a ascender de categoría, por qué no”.
Ha sabido hacerse fuerte en los momentos duros. “Cuando sales por vez primera de casa, ves que no es tu sitio. Se nota en la vida diaria. Si estás en casa, sales con los amigos y los problemas se olvidan. Cuando están lejos, no es lo mismo. Intentas ser fuerte y es lo que te hace madurar, pensar siempre en positivo. Pero ahora estoy disfrutando del presente”. Comparte piso con Juan Pérez y Dani Santafé.
Está conociendo la Tercera División navarra. “Es cierto que en la Segunda B se nota el ritmo. Pero en Tercera vas a campos muy complicados, vas con el escudo de Osasuna y los equipos están con una motivación extra. Eso es bueno para nosotros porque nos hace mejorar. Por lo demás, la clasificación está muy igualada. Está todo muy apretado”.
Mira de reojo al equipo profesional. “Da envidia ver al primer equipo. Jugué unos minutos en un amistoso ante el Alavés. Mi objetivo es ir cogiendo experiencia. Para eso estoy 100% centrado en el fútbol. Entreno por las mañanas y por las tardes voy al gimnasio”. Persigue su sueño a casi mil kilómetros de su casa.
Fecha y lugar de nacimiento. 17-8-1998, Aguadulce (Almería).
Trayectoria. El Parador, Poli Ejido, Polideportivo Aguadulce, Club Natación de Almería y de ahí pasó al Almería en el División de Honor y debutó en Tercera en el filial.
¿Por qué Barbero? “Viene de mi bisabuelo, que era barbero, al igual que mi abuelo. Mi padre empezó a jugar como Barbero y yo, barberillo. Además, en el equipo éramos tres Iván Martínez y un Javi Martínez”.