Zubieta. "Se me ponen los pelos de punta de pensar en la vuelta", dice Mikel Merino mientras se señala el brazo para demostrar que su vello luce erizado. Poca gente, o ninguna, tiene más ganas del encuentro de mañana entre Osasuna y Real Sociedad que el centrocampista navarro del equipo txuriurdin. Será su regreso al campo donde se hizo futbolista y donde, no lo esconde, juega el equipo de su corazón. "Es la primera vez en mi vida que voy a querer que Osasuna pierda". Merino vuelve a casa, aunque sea por un rato y de rival.

¿Cómo van esos nervios?

Por ahora estoy bien, pero según avanza la semana se me van poniendo los pelos de punta y un poco de nervios sí que va a haber.

¿Tenía señalado este partido en el calendario desde el inicio de la temporada?

Sí, por supuesto. Tenía muy claro que la vuelta a casa iba a ser muy importante para mí y lo tenía con un circulito desde que salió el calendario. Y ahora que se acerca el día tengo mucha expectación.

Se va a sentir un poco extraño, ¿no?

Pues va a ser algo raro. Voy a querer que pierda Osasuna. Voy a competir contra ellos, que es algo que no me había pasado nunca.

O sea, que por primera vez en su vida no va a querer que gane Osasuna...

Exacto. Va a ser la primera vez en mi vida que quiera que pierda Osasuna y va a ser extraño. A ver cómo me lo monto para quitarme esa sensación extraña.

Va a tener, seguro, mucha gente en la grada apoyándole.

Sí, va a venir mucha gente que me quiere. Es un partido muy bonito para mí, pero también para ellos, que son los primeros que han estado apoyando cuando empecé desde abajo. Seguro que también se les hace raro a ellos.

¿Cómo espera el recibimiento de la afición rojilla?

Pues no lo sé, pero creo que será bueno. Di todo lo que pude por Osasuna, soy un chico de la casa y creo que la gente tiene un buen recuerdo de mí.

¿Ha intercambiado ya muchos mensajes con sus excompañeros?

Aún no, pero va a empezar pronto (se ríe). Se va a encontrar con muchos amigos en el rival. Tengo muchos amigos de cuando jugaba, pero también conocidos ya que, como se sabe, sigo a Osasuna y voy a verles siempre que puedo, así que he hecho buena relación con alguno con los que no coincidí y que he conocido ahora.

No se la pase a Oier, eh.

Buah, raro va a ser, no lo voy a negar. Con la intensidad que hay y todo, va a ser muy distinto. Ver tantas caras conocidas seguro que va a ser divertido.

Conoce mucho al rival, eso le da mucha ventaja.

Y ellos a mí (se ríe). Bueno, espero que conocerles sirva de algo.

¿Es el encuentro más difícil mentalmente para usted?

Creo que soy un chico bastante maduro y lo voy a saber llevar bien, pero creo que también va a ser raro, especialmente el inicio. Escuchar los cánticos, los tambores, ver a los rojillos y que yo esté en el lado contrario será raro, pero luego empezará el partido, me entrará el gen ganador y me centraré en el partido.

¿Les ha explicado a sus compañeros cómo es El Sadar?

Les he comentado que el campo es una caldera, que la afición está a tope. Que Osasuna ha recuperado esa esencia del pasado y la gente está encantada. Además, ya vemos que han pasado buenos equipos y han sufrido mucho, así que sabemos que es un campo peligroso en el que vamos a tener que sufrir.

¿Se había imaginado el reencuentro durante mucho tiempo?

Pues no mucho, ya que lo veía muy lejos. Estaba en Inglaterra y en Alemania y me parecía casi una ilusión. Pero sí que el año pasado, cuando vi que Osasuna iba para arriba y estaba enchufado, sí que hablé con mis padres en plan "a ver si el año que viene me toca jugar ahí, sería muy bonito". Y por suerte voy a tener esa oportunidad.

¿En qué ha cambiado Mikel Merino desde que se fue de Osasuna?

Sigo siendo el mismo chaval, pero con más herramientas, tanto personal como futbolísticamente. Soy más maduro, con nuevas ideas, conociéndome mejor... Y a nivel futbolístico creo que soy mejor jugador.

¿Está en su mejor momento como futbolista profesional?

Sí. Me estoy encontrando muy bien, física y mentalmente. Me encuentro en un punto álgido.

Para llegar a ese punto, ¿cómo ha influido su paso por Inglaterra y Alemania?

De manera muy fuerte. Son experiencias que me han marcado, aunque no fueran muy exitosas en lo futbolístico. Te hacen madurar y eso es algo que luego se ve en el campo. Me ayudó a aprender muchas cosas y también a gestionar los malos momentos. Ahora sé llevar mejor los contratiempos, me afectan menos y tengo más serenidad.

Ha tenido entrenadores de renombre internacional, pero con los que mejor ha rendido ha sido con Martín e Imanol, dos de casa.

Son gente que valora mucho el trabajo de la gente joven. En el caso de Imanol, me ha dado mucho. Tiene confianza plena en mí y ha dado con la tecla para que dé el nivel que tengo ahora.

El siguiente paso, ir a la selección absoluta...

Sería bonito. He estado en la prelista, pero nunca he conseguido entrar en la definitiva. Ahora con el cambio de seleccionador ojalá me llegue la oportunidad.

¿Tiene aún margen de mejora?

Sí, todavía me queda mucho. Siento que he mejorado, pero que aún tengo margen para entender mejor el juego.

En Osasuna ha debutado un canterano que juega en el doble pivote, Moncayola. ¿Qué le parece?

Interesante. Es muy joven, pero entiende el puesto en el que juega y su responsabilidad. Me alegro de que Osasuna tire de la cantera. El otro día metió un golazo, pisando el balón y por el palo corto. Esperemos que le vaya muy bien.

Volviendo a hablar de sus amigos, estará muy contento con el juego que está ofreciendo David García.

Está dando un nivel muy alto. Está siendo contundente y creo que ha llegado a un punto de madurez en el que se siente el líder de la defensa. Está donde tiene que estar, en Primera, y me alegro mucho por él, pero también por Unai (García), que ha vuelto ahora de la lesión, y por Rober (Torres) y Oier, que están haciendo cosas muy bonitas. Siempre que sean amigos y les vaya bien me voy a alegrar por ellos.

Y luego está otro buen amigo suyo, Juan Pérez, que también está sorprendiendo.

Está teniendo que solventar papeletas muy complicadas y lo está haciendo de escándalo. Es un gran amigo y me encanta que le vaya bien.

Más allá de lo sentimental para usted, tiene pinta de partidazo.

Va a ser muy bonito. Además hay muy buena relación entre los dos clubes. Va a haber un choque de estilos muy diferentes, pero que tienen cosas en común y que no se dejan nada en el tintero. Y luego está el ambiente de El Sadar... Va a ser precioso.

¿Dos maneras de afrontar los partidos tan diferentes?

Cada uno tiene sus herramientas y estilos. Yo he podido jugar en ambos y los conozco bien. Osasuna en casa tiene muy claro lo que quiere y lo hace muy bien. Tenemos que saber atacar ese estilo.

¿Se imaginaba que iban a estar arriba en Liga?

Desde el primer día me di cuenta de que había gente para jugar bien al fútbol. Todavía tenemos margen de mejora, pero cada encuentro hacemos más cosas bien. Por ejemplo, dominamos más el balón, ya no nos quema tanto. Queremos ir a más y estamos mejorando.

¿Y Osasuna?

A inicio de temporada era complicado saber qué iba a pasar, pero es cierto que el ascenso del año pasado fue con más autoridad y con unos cimientos muy claros. Se podía entrever que, si seguían por el mismo camino, podían hacerlo bien. Están compitiendo todos los encuentros y eso es lo que tienen que hacer.

¿Han hablado Monreal y usted de cómo será su retorno a El Sadar y de sus tiempos en Osasuna?

Sí, hemos hablado. Hay muchos navarros y, aunque solo Nacho y yo hayamos jugado en Osasuna, tanto Remiro como Aihen también tienen bastante sentido de pertenencia ya que son navarros y, si eres navarro, eres de Osasuna. Entre Nacho y yo hemos hablado mucho. Especialmente yo, ya que aquel equipo donde estaba él y se metió en Europa a mí me pilló de crío y me acuerdo mucho.

Si marca...

No lo celebraré, en principio. Luego si marco tendré que calmar los ánimos. No celebraré por respeto a lo que significa Osasuna para mí, pero tampoco pediré perdón por respeto a la Real.

Una última pregunta: ¿Antes de retirarse tiene intención de volver a jugar en Osasuna?

Me queda mucha carrera, o al menos eso espero. Es muy difícil decir que sí a esa pregunta, pero tampoco voy a negar que es una ilusión que tengo. Lo que pasa es que el fútbol es muy caprichoso y nunca sabes donde te va a llevar, pero ojalá en un futuro nuestros caminos se vuelvan a juntar.