Antes del inicio del partido entre Osasuna y Real Sociedad se guardó un minuto de silencio por el socio rojillo José Alonso Ruz. Aridane depositó un ramo de flores en su localidad, en un emotivo gesto acompañado desde el centro del campo por el violinista Mario Oroz, que interpretó una versión del himno del club, y de los jugadores de ambos equipos, abrazados en torno al círculo central. Gran seguidor de Osasuna y natural de Granada, el destino quiso que Pepe, como le conocía todo el mundo, falleciera en los prolegómenos de un Osasuna-Granada.

El estadio entero se puso en pie y guardó un impresionante silencio, acompañado en la zona visitante por el medio millar de seguidores de la Real Sociedad, que extendieron sus bufandas en respeto por el aficionado osasunista vecino de la Rotxapea. El Sadar llegó a los 21.741 aficionados y registró de nuevo la mejor entrada desde 1997.

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