¿Qué es ambición? Según la RAE, "el deseo intenso y vehemente de conseguir una cosa difícil de lograr, especialmente riqueza, poder o fama". Esto, aplicado a todos los órdenes de la vida. ¿Qué es ambición en el fútbol? La plasmación de un carácter inconformista, el empeño constante por mejorar, el reto de superar metas, la capacidad de exigirse más a uno mismo. Ambición es también no rendirse. Y ambición fue la palabra que utilizó Rubén García cuando, al final del partido, reflexionó sobre el momento actual del Osasuna. No era hablar por hablar. Una imagen corrobora tanto sus palabras como la mentalidad de la plantilla para dejar atrás aquella crisis de diez semanas sin ganar que hoy parece tan lejana. Avanzaba el reloj por el minuto 92; con 0-2 en el marcador el balón salió por línea de banda a la altura del banquillo de Osasuna. El manual del buen futbolista aconseja que en ese momento hay que perder tiempo: dejándolo en el suelo, pasándolo de mano en mano... Sin embargo, Oier, que llevaba seis minutos en el campo (y que por su posición en el equipo no debería hacer el saque de banda) lanzó rápido la pelota a Javi Martínez (ayer suplente) ; este, en lugar de marcharse a la esquina del córner para adormecer lo poco que quedaba del partido, la pasó a Kike García (otro de los que entró desde el banquillo), quien a su vez encaró la portería y aprovechó la descolocación de la defensa del Rayo para marcar el tercer gol del partido, el quinto de su cuenta en esta temporada y ponerse a la cabeza de los goleadores de Osasuna. No hay que contarlo, hay que verlo. Esa jugada que echa el cierre a un encuentro en el que el 0-2 siempre le pareció poco a Osasuna, expone cuál es el estado mental y físico de los jugadores. Alguien dirá ¡podían haber exhibido el mismo carácter toda la temporada€! En la Copa, por ejemplo, donde a la vista está que dejaron pasar una de esas oportunidades de las que llegan una por década€ Pero bueno; lo importante una vez más es que el entrenador y los jugadores han sido capaces de resetearse, de dar con la fórmula para salir más fuertes de la crisis.

Ha dado Osasuna desde la victoria ante el Cádiz un giro de 180 grados. Es de nuevo un equipo incómodo como visitante y ha ganado en personalidad como local. Rubén García volvió a recordar la importancia del diálogo entre la plantilla, pero no es sólo eso. Él mismo ha recobrado presencia en el campo: cuando participa pasan cosas y está mucho mejor físicamente. Tampoco se pueden pasar por alto dos decisiones tácticas esenciales como son la reubicación de Juan Cruz y Chimy Ávila; además de la consistencia que ofrece Torró en el 4-1-4-1; y el resurgir de Moncayola, convertido en un medio volante de la vieja escuela. Y si pasa algo, siempre aparecen David García y Sergio Herrera.

Nada tiene de malo esta ambición que ha puesto a Osasuna a tiro de puestos de Europa League; una posición en la tabla más cercana quizá al deseo de riqueza, poder y fama que cita la RAE, y un poco alejada de la realidad de un club cuyo primer objetivo es asegurar la permanencia. Pero el fútbol -el juego y los objetivos- se construye a base de sueños. Y que son los sueños sino nuestras mudas ambiciones...