Es difícil hacer una explicación a un encuentro en el que a Osasuna se le vio cómodo pero ni se acercó a la victoria y acabó por salir golpeado de una manera importante tras recibir cuatro disparos a puerta. Los rojillos tuvieron la desgracia de encontrarse con el Atlético de Madrid más parecido al del Cholo Simeone que ha habido en toda la temporada. Una más para la larga lista de equipos y jugadores resucitados por la entidad rojilla. Es casi una labor social histórica. Joao Felix, Suárez y Correa destrozaron el plan de Osasuna con tres disparos letales.

Osasuna picó en cierto modo en la trampa rojiblanca. Los visitantes le dejaban tener el balón y los centros laterales mientras se quedaban pertrechados cerquita del área propia. Y los de Arrasate bombardearon, por supuesto, pero sin apenas acierto. Un remate al palo de Budimir, tras un rebote, fue lo más destacado de los rojillos en ataque. Y si hubiese marcado ese gol...eso es humo y nunca lo sabremos.

el equipo estuvo sobrio atrás, pero bajó el pistón en tres ocasiones y el Atlético reventó el partido. Aunque tocará hacer un inciso. En el primer gol, Suárez y Herrera tienen un choque. Según el cambio de regla sobre los porteros y las áreas pequeñas, la acción es susceptible de duda. Sorprende que ni el colegiado ni el VAR ni nadie por lo menos dudase algo. Aquí siempre surge la duda de si hubiese sido igual si la acción se hubiese producido al revés.

Pero lo peor es que después, con 0-1, David recibió una 'caricia' en la cara dentro del área en forma de codazo. Y tampoco nada. Sorprendente. Pero bueno, más allá de eso, Osasuna no puede permitirse que el rival haga tanto daño con tampoco intento. Debe de recuperar el tono defensivo (y en portería) que se perdió contra el Atlético para poder competir contra la Real Sociedad, otro equipo con mucha dinamita. No se puede encajar otro gol con solo dos toques del rival o perdiendo un balón en el centro del campo.

Los rojillos, como dijo Nacho Vidal, están en una situación clasificatoria cómoda, pero la realidad (y el pasado reciente) invita a pensar solo en la salvación hasta que esta esté conseguida. Y luego ya se verá, pero de momento, sin lujos. Quedan ocho puntos y para lograrlos, Osasuna debe ser, como lo ha sido, más sólido atrás.