Escribía hace no muchas semanas que Osasuna debía apostar por intentar pelear por la Conference League pero que, a su vez, no debía de perder la perspectiva de la temporada de Osasuna, la cual es magnífica.

A veces la ambición, por muy bien entendida que esté, puede nublar el juicio sobre una temporada. Cuando Osasuna se empezó a plantear llegar a la Conference esta ya estaba bastante lejos, por lo que era difícil.

Escribo esto ahora porque tras el partido del Espanyol se notó cierto disgusto entre la rojez por ver cómo ya se escapaba de manera casi definitiva el caramelito europeo.

Es cierto que los rojos pudieron ganar el partido de Cornellá pero si no lo hicieron no fue por falta de ambición.

Además del gol de Barja (golazo, por cierto), Osasuna tuvo media docena de ocasiones claras rematadas con la llegada de Budimir que saca el central y el último remate del Chimy Ávila que rozó Diego López para que se estrellase el balón en el larguero.

Así pues no se puede achacar a Osasuna que no lo intentase, pero no entró. ¡Y qué mejor que eso ocurra cuando no hay objetivos peligrosos cerca!

Desde la llegada de Jagoba se ha instalado la 'nueva normalidad rojilla'. Sí, ese término tan manido en nuestra sociedad, pero que en Osasuna solo tiene connotaciones positivas. Arrasate ha conseguido que estemos aquí hablando de Europa mientras muchos otros, como el mismo Espanyol, han estado hasta hace nada (o siguen) inmersos en la pelea por no descender. Hay que valorar eso. Siempre hay que tener perspectivas hacia arriba, pero sin olvidar que el primer objetivo se está consiguiendo, temporada tras temporada, con amplia solvencia.

Y nada, sino Melamed no hubiese enganchado un derechazo imparable a lo mejor aún seguiríamos hablando de la Conference, pero ese latigazo apagó las complicadas opciones rojillas.

P.D: Antes de acabar, hay que rescatar la importancia para el futuro del gol de Barja. Obviando el gesto de tremenda calidad, es reseñable cómo se levantaron todos sus compañeros para irse a celebrar con él. El de Noáin ha pasado un año complicado con las lesiones, pero el respeto y cariño que tiene en el vestuario quedaron reflejados en la celebración de su gol.