"En Pamplona siempre ha habido un cupo muy limitado de postales porque ha faltado creatividad"
Coleccionar postales de Pamplona es lo que Javier Soria Goñi lleva haciendo desde hace más de 50 años como hobby personal. Ahora ha podido sacar a la luz ese trabajo de recopilación, en el último libro que acaba de publicar: 'Tarjetas postales de Pamplona (1901-1930)'
pamplona. Javier Soria podría definirse como un coleccionista casi a tiempo completo. Durante toda su vida ha pasado miles de horas recuperando postales entre archivos, tiendas especializadas y colecciones privadas. Todo para llevar a la gente de Pamplona el recuerdo de cómo era su ciudad hace un siglo.
¿Qué ha querido expresar con la publicación de este libro que recupera centenares de postales de Pamplona?
He intentado mostrar a la gente cómo era la ciudad y cómo era el coleccionismo a comienzos de siglo.
Con estas imágenes la gente podrá descubrir el proceso por el que han pasado los distintos lugares de la ciudad en las primeras décadas del XX.
¿Cómo fue el proceso de selección de postales?
Fue arduo porque tuve que desechar muchas, como las publicitarias o las de encierros y sanfermineras. Me interesaba especialmente que estuvieran centradas en la ciudad como tal. Lo más complicado fue decidir en qué época parar, hasta que no puse las fechas límites la cantidad de postales era inmensa. Además, en la elaboración del libro han participado entre 8 y 10 personas, porque he tenido que recurrir a coleccionistas privados para conseguir ciertas postales. En cuanto a las que he ido recopilando yo a lo largo de los años, he tenido que viajar mucho por diferentes ciudades de todo el Estado. En ese sentido en Pamplona siempre han faltado postales, ha habido un cupo muy limitado porque ha faltado creatividad.
¿Espera publicar un segundo libro con postales posteriores?
No creo que lo haga. A pesar de que este libro siempre lo quise hacer, incluso cuando me dijeron que me crecerían los coleccionistas cuando vieran las postales, ahora mismo estoy un poco cansado. Llevo muchos años y se hace pesado.
¿De cuándo le viene la pasión por el coleccionismo?
Siempre me ha gustado coleccionar de todo, pero, eso sí, todas las cosas han estado siempre relacionadas con Pamplona porque es un tema al que tengo especial predilección. He llegado a coleccionar desde grabados hasta planos interactivos, tarjetas, etc.
¿Cuáles son las postales que más le gustan de su colección?
Tengo muchas, casi todas tienen algo especial. Pero una serie de postales que siempre me ha gustado mucho y que no ha sido incluida en este libro es la del fotógrafo Luciano Roisin. Son postales preciosas. Y respecto a las incluidas en la obra, la que más me gusta es la colección Salvi de 10 postales de Pamplona.
Lleva más de media vida dedicado al coleccionismo, ¿cómo ha cambiado con el paso de los años?
El coleccionismo ha cambiado mucho. Antes, cuando uno quería una postal antigua tenía que buscarla entre cientas clasificadas por temas. Eso dificultaba mucho la tarea porque, si por ejemplo te interesaba la plaza del Castillo, tenías que buscar una postal entre todas las que tenían como tema una plaza,y ahí quedaban incluidas las de todas las ciudades del país. Estaban todas mezcladas y era un lío. Ahora, o lo compras por internet o simplemente vas a la tienda especializada, le dices lo que quieres y te lo dan, eso sí, el precio se ha multiplicado porque te lo dan hecho.
Siendo tan apasionado, ¿ha hecho alguna vez alguna locura para conseguir una postal?
Tanto como locura no. Pero sí que tenía unas postales que me habían regalado de la Guerra Civil muy valiosas, y una de Pamplona muy difícil de encontrar que finalmente la había podido conseguir pero con manchas de humedad. Normalmente en estos casos suelo buscar una copia y la cambio, pero en esa ocasión era muy difícil. Fue entonces cuando descubrí que una persona de San Sebastián la tenía y acordamos que se la cambiaría por las mías de la Guerra Civil. Me dijeron que era una locura, pero me dio igual porque quería la de Pamplona.
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