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Placas mortales

El terremoto de Haití se enmarca dentro del conjunto de liberación de tensiones acumuladas con motivo del desplazamiento de las placas tectónicas del Caribe y de Norteamérica.

Placas mortalesFoto: efe

Las placas tectónicas son como grandes balsas que se reparten por toda la corteza del planeta. Unas son de carácter continental, otras de carácter oceánico, contando las primeras con un espesor mayor que el de las segundas.

La placa de Norteamérica es una de tipo continental y, en la región situada al norte de Haití, se desplaza hacia el oeste-suroeste (o sea, hacia la izquierda y un poco hacia abajo en el mapa). Por el contrario, la placa del Caribe es una de tipo oceánico. Se extiende bajo las aguas del citado mar, desde Yucatán (México) en el oeste hasta las islas Antillas Menores (Guadalupe, Martinica…) en el este, y desde Haití o Puerto Rico en el norte hasta Venezuela, Colombia o Panamá en el sur. Su desplazamiento le lleva hacia el este-nordeste (hacia la derecha y un tanto hacia arriba).

Pues bien: el fuerte terremoto que acaba de sacudir a Haití ha sido provocado por el repentino movimiento de una de las líneas de falla o fractura del terreno, fracturas que se han formado como resultado del desplazamiento desigual de las placas de Norteamérica y del Caribe. En concreto, de la falla que viniendo del sur de Puerto Rico (bajo las aguas del Caribe) prosigue luego hacia el oeste por el sur de Santo Domingo, gira hacia el noroeste y, ya bajo tierra, se alarga por todo el saliente montañoso que se extiende por el sur de Haití, desde Puerto Príncipe -la capital del país- hasta el pueblo de Anse d"Hainault, en el extremo oeste de la península sureña. Como resultado de la actividad de la falla se observan los macizos montañosos de La Hotte (al oeste, con punto culminante en el pico Macaya, de 2.347 metros de altitud) y de La Selle (entre Haití y Dominicana, por el sur, con el pico de la Selle, de 2.680 metros de altitud situado a apenas 40 kilómetros al sureste de Puerto Príncipe, capital de Haití).

Esta falla tiene, en su tramo haitiano, un carácter de falla de transformación. Es decir, que no provoca ni hundimientos del terreno ni levantamientos del mismo sino, especialmente, de movimientos laterales, de un lado de la falla con relación al otro. Claro, que en este caso el desplazamiento ha debido ser notable, pues la energía liberada se ha mostrado considerable en forma de este fuerte terremoto.

Que ha resultado más desastroso de lo que suele ser normal por dos razones fundamentales: porque las construcciones -dada la pobreza del país- no reúnen, en general, los parámetros requeridos para soportar un terremoto de tal calibre (un sismo semejante, apenas habría causado daños en Japón, por ejemplo), y porque se ha originado a una profundidad escasa (menos de 10 kilómetros bajo el suelo). Esta segunda razón conlleva que la energía llegue a la superficie casi "entera" (sin apenas desgaste por su viaje desde el subsuelo), por lo que el desastre en las inmediaciones del epicentro sísmico es mayor. No obstante, al resultar tan superficial, el alcance de la destrucción debida al terremoto es menor. De hecho, los lugares en donde se ha notado una intensidad de tipo importante o catastrófico quedan en un pequeño círculo que se extiende, en general, por un radio de unos 100 kilómetros alrededor del epicentro. Éste es el motivo de que, aun siendo un sismo fuerte, no se haya apenas notado siquiera en Cuba ni tampoco en bastantes lugares de la inmediata República Dominicana (ni, mucho menos, en Puerto Rico). Indiquemos que, en esta zona de Haití, la mayor parte de los sismos de importancia se han originado a corta profundidad (a menos de 35 kilómetros bajo el suelo, por término medio).

alta sismicidad Si bien Haití se ubica en una región considerada de alta sismicidad, lo cierto es que este país no ha registrado con frecuencia terremotos con el potencial del habido recientemente. Tanto como Haití, como la República Dominicana (ambas ocupan la isla de La Española), Puerto Rico y el extremo este de Cuba se ubican en una zona conflictiva entre las placas del Caribe y de Norteamérica, con resultados diferentes. Así, una primera línea de falla o fractura se extiende, bajo las aguas del Atlántico, desde unos 80 kilómetros al norte de Puerto Rico hasta la costa norte de La Española (zona de Puerto Plata); sale otra vez al mar y discurre a unos 40 kilómetros al norte de Haití, para dirigirse luego a las cercanías de la costa nordeste de Cuba. Es ésta una falla de subducción, cicatriz del lugar por donde la placa de Norteamérica se introduce por debajo de la placa del Caribe. El resultado visible es la formación de la Fosa de Puerto Rico, con la mayor profundidad del Atlántico (9.200 metros bajo el nivel marino, a unos 100 kilómetros al noroeste de la isla citada y, de otro, la generación de terremotos, aunque no resulta una falla tan activa en este sentido como la que sigue).

A su lado, poco al sur, se desliza la falla de transformación que en Puerto Rico se conoce como Falla de los 19 Norte (coincide junto a ese país con el paralelo de esa latitud). Esta falla, que se desliza paralela a la costa norte de Puerto Rico y a unos 50 kilómetros al norte de ella, continúa luego por el interior de La Española, desde Samaná hacia Santiago y, luego, por el extremo norte y noroeste de Haití. Sale entonces al Atlántico y se desliza por las montañas del este de Cuba (Sierra Maestra). Esta falla resulta particularmente activa y potencialmente peligrosa, pues ha sido el origen de varios terremotos de llamativa fuerza, como el sucedido en agosto de 1946 en Samaná (Rep. Dominicana; magnitud 8 en la escala Richter), y los ocurridos en 1787 y 1844 al norte de Puerto Rico y de las Islas Vírgenes.

la falla de los muertos Y, por el sur de la isla de La Española, la denominada Falla de Muertos (así denominada por el nombre de una isla que se ubica al sur de Puerto Rico). Se inicia esta falla al sureste de Puerto Rico, bajo las aguas del Caribe, como una de tipo de subducción, en la que la placa del Caribe se introduce por debajo de la miniplaca de Puerto Rico. Se extiende después hacia el oeste, cruza a unos 100 kilómetros al sur de Santo Domingo, gira al noroeste y alcanza Haití, pero como una falla de transformación. Con similar carácter, abandona Haití en dirección oeste y suroeste, llega al norte de Jamaica y se prolonga luego hasta el continente americano, en tierras de Honduras y de Guatemala. Tanto la Falla de los 19 Norte como esta de Muertos resultan la cicatriz que queda del largo desplazamiento de las islas de Cuba (mayor, de su extremo oriental), La Española y Puerto Rico, primeramente hacia el noroeste (cuando penetraron en lo que hoy es el Caribe, procedentes de la posición actual de Costa Rica), y luego (hace unos 20 millones de años) hacia el oeste. Un desplazamiento que no ha finalizado y que conlleva la generación de nuevos sismos, algunos de destacado potencial, como el de Haití.

No hay que confundir magnitud con intensidad de un terremoto. La magnitud es objetiva: mide el potencial del sismo. La intensidad es subjetiva: se refiere a las consecuencias que el terremoto ocasiona. La magnitud se mide por la escala Richter, que no tiene tope. Sucede, sin embargo, que es difícil que se registre un sismo con magnitud superior a la 9 Richter. Pero es posible. La intensidad se mide por medio de la Escala Mercalli Modificada, que consta de doce "escalones" que se identifican con números romanos. En Haití se ha llegado a registrar una intensidad de X (10) en la Escala Mercalli Modificada. Ello ha sucedido en las localidades de Carrefour, Petit Goave, Leogane, Grand Goave y Gressier. Señalemos que el grado X supone que "hasta las construcciones de hormigón armado pueden sufrir colapso; puede haber daños peligrosos en embalses; se pueden torcer las vías férreas; se forman ondulaciones en el pavimento de las calles; grietas en el suelo de algunos decímetros de ancho, que pueden llegar a un metro; deslizamiento de tierras; desplazamiento de arenas y fangos en litorales; cambio de nivel de agua en los pozos; el agua de los ríos es lanzada fuera de su cauce; se forman nuevos lagos".