pamplona. El voluntario Aser Izurriaga lo comparte y cree más efectivo el trabajo de concienciación en el "mal llamado" Primer Mundo que las acciones puntuales que se realizan en el sur desde las propias ONG, visor para mostrar la realidad del subdesarrollo. Este pamplonés, de 26 años y auditor de profesión, viajó el pasado mes de agosto a Senegal con la ONG Asamblea de Cooperación por la Paz. Se pagó el billete al no poder acceder a las becas que concede el Gobierno (Juventud y Cooperación en el proyecto Ve, participa y cuéntanos), con una demanda que supera la oferta, al igual que este año con una lista de 120 personas para cubrir 25 becas destinadas a jóvenes de 20 a 30 años (hay dos modalidades, una para corto plazo y otra para proyectos en estancias de tres meses a un año). En total, más de un centenar de personas viajarán con diferentes ONG este verano para compartir unas vacaciones solidarias.
Aser quiso conocer el trabajo que los cooperantes realizan en este país. Escuelas, centros de formación profesional, centros de salud, técnicas agrarias, variedades más productivas de arroz, diques para retener el agua de la lluvia y desalinizar el agua que entra del mar y que impide el cultivo del arroz... Un trabajo que, admite, responde a una "organización interna muy fiable y muy controlada". "El problema, cuando se da, muchas veces proviene de la institución que financia no de la ONG", señala. Una experiencia intensa en la que ha conocido el papel que juegan las ONG en el tablero internacional y su capacidad de influencia indirecta en la sociedad del Norte a la hora de "concienciar a muchos niveles: institucional, en las decisiones de las propias empresas o en nuestros hábitos de consumo, y que nuestro objetivo diario no sea vivir felices consumiendo cada día más, algo que inconscientemente hacemos...".
Al menos seis entidades de la coordinadora de ONG de Navarra ofrecen cursos de formación para los voluntarios que deciden viajar. En muchos casos son estudiantes que acaban de terminar su carrera. Todos se pagan el viaje, lo que muchas veces supone un obstáculo para personas solidarias pero sin recursos. Desde la coordinadora de ONG, Maite Ruiz distingue tres vías de voluntariado de "corta distancia" (menos de seis meses). Por un lado, los campos de trabajo internacionales (de dos a cinco semanas y se lleva a cabo en un proyecto de una ONG), el turismo solidario (viajes de entre uno y dos meses organizados desde las comunidades locales con fin de favorecer la situación de los propios pueblos, trabajar el respeto y el tema ecológico), y los cursos de formación en cooperación internacional en países del Sur con su correspondiente trabajo de campo y prácticas. Desde la coordinadora insisten que no se trata de un "turismo alternativo ni de expediciones para socorrer a los pobres sino conseguir que lleguen a entender mejor la problemática norte-sur gracias al contacto directo con la realidad de la injusticia y compartiendo los proyectos de las organizaciones".
teoría y práctica Es el caso de Setem, que selecciona cada año a un grupo de voluntarios a través de las personas (este año 35) que se apuntan a sus cursos de formación (Colabora y aprende del Sur), conociendo sus perfiles y disponibilidad. Este año viajan ocho personas a Argentina y Ecuador, cuyo labor fundamental va a ser la de sensibilizar a la población de aquí después de conocer experiencias como la argentina en materia de soberanía alimentaria, la lucha por los derechos de la tierra, los efectos de los cultivos de soja transgénica... En Ecuador, el cooperativismo ha conseguido mantener activa la población a través de "una red de economía solidaria" de elaborar dulces, textil, queserías..., indica José Luis Mariñelarena. También Sodepaz envía 12 voluntarios a Perú, Bolivia, Ecuador, Cuba, Venezuela, Méjico y Palestina. La media son tres semanas de estancia, informa Xabier Aguirregabiria. En mayo celebran un fín de semana formativo para conocer el trabajo que realiza la ONG, principalmente con niños sin escolarizar y en cooperativas agropecuarias (café, etc). El turismo solidario supone una fuente de recursos para estas comunidades. Xabier reconoce que la crisis se ha notado en este campo porque los viajes son "caros" y la ONG solo paga el seguro. Son jóvenes que acaban de terminar la carrera, y personas mayores de 40 años con otras inquietudes.
VIDES ha inscrito a cinco navarros y navarras que se trasladan en agosto a Mozambique para apoyar y reforzar proyectos educativos, destaca Mª Carmen San Miguel, de la congregación salesiana. Todos han realizado un curso preparatorio y residirán con las familias de allí.
Acoes Navarra con Honduras admite haberse visto "desbordado". Son 30 personas las que tendrán ocasión de conocer los dos centros educativos para más de 1.200 chavales, y otros servicios educativos y de atención a mayores que desarrolla la ONG a lo largo de todo el país. "Te ayuda a poner en perspectiva el mundo, a hacerte humilde, a valorar lo que tienes...", señala Iñigo Ilundáin.
La Asamblea de Cooperación por la Paz, presente en Sudamérica y Palestina, oferta un curso de gestión en proyectos como paso previo para conocer después a sus actores y beneficiarios, principalmente zonas rurales donde se trabaja en cooperativas para mejorar las condiciones de vida (huertas familiares, potabilización de agua, pequeñas clínicas, agricultura biológica...), señala Marian Pascual. Otros 25 voluntarios viajarán a India, Bolivia y Venezuela entre los meses de junio y octubre de la mano de Pueblos Hermanos. Acercar la realidad de la "desigualdad" a nuestros países es el principal objetivo de estos viajes. "Uno termina por apostar por el comercio justo después de ver cómo está cambiando la vida de barrios de Bombay gracias a las promoción de cooperativas de mujeres que hacen ropa, carteras, bolsos...".